9 mayo, 2025

Mi más sentido pésame

A la comunidad jesuita del Ecuador y del mundo, por la muerte del Papa Francisco, tras doce años en el papado.

El primer Papa latinoamericano (argentino), el primer Papa jesuita, y el Papa que más abogó por la paz, por los pobres y por la misericordia entre los seres humanos.

Sus visitas en América fueron excepcionales y apoteósicas.

Su viaje a Brasil reunió a más de un millón de jóvenes en las playas de Río de Janeiro. Será recordado por sus acciones de humildad y por ser muy franco en sus expresiones.

Ese millón de personas, en su mayoría jóvenes, que acudieron al encuentro, sintieron el llamado a fomentar el amor a Cristo.

Por alguna razón que desconozco, nunca visitó Argentina, su patria.

Tan pronto fue nombrado Papa —tras la renuncia de Benedicto XVI, quien fue Papa emérito hasta su muerte—, comenzó un pontificado marcado por sencillez y cercanía.

Estuvo en Guayaquil y se hospedó en el Colegio Javier, de los padres jesuitas. Vino a visitar a su amigo, el padre Paquito, su confesor. Me preguntó cuáles podrían ser los pecados del Papa Francisco.

Posiblemente su sucesor lo nombre santo de la Iglesia católica.

Fue polémico su viaje a los EE. UU.; aprovechó para visitar a Fidel Castro, quien había cerrado las iglesias en todo el país, y logró que se reabrieran para que los católicos cubanos pudieran asistir a misa los domingos.

En EE. UU. reunió en Nueva York a la jerarquía de la Iglesia católica americana y les dijo literalmente:

«No son los feligreses los que deben ir a la Iglesia solamente; es la Iglesia la que debe ir a los feligreses, llevándoles el mensaje de Cristo.»

También visitó Colombia, Perú, Bolivia y Paraguay, con mensajes similares para sacerdotes y fieles.

Francisco tomó su nombre en honor a San Francisco de Asís, quien regaló toda su fortuna a los más necesitados y es conocido como el santo de los pobres.

En la ciudad de Buenos Aires se movilizaba en transporte público, y en Roma nunca utilizó el anillo de oro del Papa ni los zapatos rojos tradicionales. Iba de incógnito a visitar a los pobres de los alrededores, lo que ponía en apuros a la Guardia Suiza encargada de su protección. Tampoco habitó en las lujosas habitaciones del Vaticano, sino en Santa Marta, una residencia papal más austera cercana al Vaticano.

Descanse en paz, Santo Padre, junto a los otros santos de la Iglesia.

También se enfrentó con el dictador chino, quien pretendía nombrar a los obispos de la comunidad católica china, que aún existe desde antes de la Revolución de Mao.

Nombró cardenal a Monseñor Cabrera, quien hoy se encuentra en Roma, eligiendo al nuevo Papa y siendo considerado entre los elegibles.

Su labor pastoral pasará a la historia como la de uno de los hombres más importantes de la Iglesia.

Descansa en paz, Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco.

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