Pongamos en contexto este tema muy polémico. En agosto de 2024, la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) anunció la contratación del argentino Sebastián Beccacece como nuevo entrenador de la selección de Ecuador, para reemplazar al español Félix Sánchez, quien fue removido del cargo luego de la Copa América.
La pregunta del millón, después del debut del juvenil Guagua, surge:
¿Beccacece fue contratado para clasificar al Mundial o para exportar jugadores?
Criterio personal
Con la crítica inmadura contra la supuesta injerencia de la FEF en el cuerpo técnico, y la opinión de cierta prensa deportiva acrítica, no llegaremos a puerto seguro.
Yo comprendo que Ecuador aspira a avanzar un poco más en resultados que las anteriores selecciones. A mí me parece que, hasta el momento —nos guste o no—, el accionar del equipo y del técnico, una de las funciones de Beccacece es seguir buscando juventud y probando jugadores, aplicando, como es obvio, lo que ocurre en los entrenamientos, la integración del grupo y la disciplina de sus jugadores. Porque el cuerpo técnico, con altos y bajos, ha demostrado que gran parte de su objetivo lo está cumpliendo, observando que estamos en segundo puesto, sin considerar que empezamos con tres puntos menos.
No se puede exigir un juego destellante en cada partido y convencer a Raimundo y todo el mundo.
En mi opinión, a un técnico se lo contrata por resultados y no por intereses hegemónicos de dirigentes y de cierta prensa deportiva que, por debajo de la mesa, mete cizaña para cambiar de cuerpo técnico sin justificativo suficiente, máxime si su actuación se refleja claramente en la tabla de posiciones del torneo, que es un proceso.
Déjenlo trabajar en función de resultados, no en función mezquina de un sector de la prensa deportiva insustancial e interesada en imponer técnicos.