27 julio, 2024

Este es el país que no queremos

A pesar de un poder constituido en aparente derecho, una medianamente establecida institucionalidad no existe, pero lo que es peor, no se avizora cambio alguno a dicha verdad. La esperanza se ha ralentizado frente a realidades apremiantes.

Este es un país en el que … sujetos reñidos con la justicia, sin ser llamados delincuentes por falta de procesos idóneos y juzgamientos imparciales, llegan a la legislatura dizque para dictar leyes y fiscalizar cuando apenas pueden escribir sus nombres sin fallas ortográficas; … los jueces, sí, aquellos juristas que deberían aplicar la ley, no interpretarlas, cobran extrajudicialmente tanto por hacer su trabajo, como por no hacerlo e incluso por gestionar procesos; … la Contraloría aplica cuotas económicas a sus funcionarios por el establecimiento de predeterminaciones para justificar un trabajo influenciado políticamente, para nada apegado a derecho, pero solventado por bufetes controlados por sus propios directores; … muchos de los contratos públicos se consiguen a través de contubernios y las acreencias de los proveedores se pagan con descuento (coimas); … autoridades electas hacen y deshacen porque su influencia política, o la de sus jefes, supera con creces los intentos de los honestos por cumplir en jurisprudencia.

Un país que no aprende de sus errores y tampoco corrige sus fallas jamás se desarrollará en plenitud de potenciales, su pueblo vivirá marginado del progreso y a merced de los vaivenes políticos. Este país en el que todo se puede y nada está dicho se llama …

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En tiempos de la “Revolución Ciudadana” nos vamos acostumbrando a los actos de corrupción que tanto se juró desterrar cuando se prometió cambiar la vieja política a partir del 15 de enero del 2007, fecha del arribo al poder del nuevo “Rey Sol” que se negó a jurar su obediencia a la Constitución vigente.

Poco después de la asunción presidencial el país miraba absorto a un ministro de economía tratando sobre un oscuro tema de la deuda externa con un ex ministro y negociadores “de agache” que ofrecían gruesas sumas por ciertas medidas oficiales. Todo habría quedado entre las impersonales paredes de un hotel si un asesor resentido, que oficiaba de cineasta, no hubiera revelado el transfondo corrupto de la extraña cita…

1 comentario

  1. La solución es fácil….

    1.- crear una sociedad armónica dónde todos seamos agentes de cambio.

    2.- como en cualquier país civilizado, si haces bien las cosas tienes recompensas, caso contrario serás reprimido.

    3.- control de los migrantes, nuestro país es uno de los pocos que no controlan a los foráneos, pero si se persigue a los nacionales.

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