25 abril, 2024

La verdad y sus consecuencias

¿Por qué el socialismo mantiene un cierto éxito electoral en el tercermundo a pesar de su indiscutible fracaso universal? Quienes mayoritariamente votan por socialistas son aquellos directamente afectados por la carencia de servicios básicos y la imposibilidad de suplirlos. El tiempo convierte su desesperación diaria en un perenne estado de indefensión al punto que cuando finalmente votan lo hacen socialmente contra quienes no sufren como ellos o por quienes aparentemente encarnan sus necesidades más apremiantes.

Salud, educación, seguridad, empleo y corrupción son los parámetros encuestados por estar vigentes en la realidad de los votantes. A priori no se entienden como tal, pero de una u otra forma conforman el índice de libertades presentes o ausentes en una sociedad. Es ahí cuando el socialismo político, no el filosófíco, logra sus triunfos electorales, pero luego fracasa irreversiblemente e intenta perpetuarse en el poder a través de artimañas pseudoconstitucionales. El socialismo filosófico no reconoce la libertad del individuo, menos aún la de un conglomerado, careciendo así de las herramientas para políticamente cumplir con las necesidades más elementales de la sociedad.

Un problema tan presente y latente como este no se resolverá sin políticas de largo aliento con multiplicidad de aplicaciones de corto y mediano plazos, indispensables para vencer a la cuna de los males remediables de la sociedad. Para todo lo demás existe un mercado libre que nos enseña el porqué otros países no dejan de prosperar.

Artículos relacionados

Olmedo y episodios de su época, poco conocidos: 2da Parte

Para fines de 1820, Olmedo había superado algunos escollos, pero tenía otros por delante; el más importante era cómo manejarse en buenos términos con San Martín y Bolívar, dos genios de la guerra que habían puesto la mirada en Guayaquil, a la cual comenzaba a enviar representantes para firmar acuerdos, lo que hoy se llaman alianzas estratégicas.

Olmedo estaba consciente de que necesitaba de ellos y no podía romper relaciones, por lo que supo manejarse con diplomacia sin perder la dignidad y tratando de no mostrar inclinación por ninguno de los dos. El propio Olmedo conocía las limitaciones de Guayaquil e incluso las había hecho públicas en carta al General José Mires. Olmedo mostró habilidad para aprovechar el momento y obtener de San Martín y Bolívar, lo que más convenía a los intereses de Guayaquil.

Las Universidades Estatales

Es penoso y lamentable, hacer un somero análisis de las Universidades Estatales en estos últimos 50 años, de decadencia universitaria. A los profesionales de mi época, nos tocó graduarnos, con los ruidos […]

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×