26 julio, 2024

Votos y la mujer del maletín

Los comisionados lobistas en medio de esta escasez de dinero en la caja fiscal y haciendo malabares para reunir en efectivo porque los honorables no aceptan transferencias, lograron “convencer” a los suyos para que votaran por el recetario neoliberal del FMI. A los otros era cuestión de perdonarles impuestos y por ahora no tocar sus fortunas ni aquí, peor en los paraísos fiscales.

A las bisagras, es decir a los asambleístas independientes, su tajadita en cuotas provinciales de poder y… ¡listo!, armada la mayoría.
Pero había que cuidar los votos hasta el último, porque unos amenazaron con irse a lado de la dignidad, otros más pragmáticos, exigieron mejor troncha en embajadas , consulados o en unidades médicas.

Tres y cuatro postergaciones del Pleno, se salían al baño no por las próstatas sino a negociar, no había cómo instalar, a ratos se salían de control y no cuadraban los números, no daban los votos.

Hasta que, por fin, humo blanco, votación señores.
Chuta, con las justas. ¡Qué alivio para lentejas y lenteceros? funcionó la mujer del maletín, como dice la Asambleísta Cristina Reyes en su denuncia a la Romo , funcionó el reparto de hospitales en plena pandemia. Así se aprueban las leyes ecuatorianos y ustedes siguen escopolinados. Miren mi video ¡Trabajen vagos ¡

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Austeridad

En 41 años de explotación petrolera, con ingresos petroleros sobre los $160.000 millones (más de la mitad de ellos ingresados durante 6 años y medio de la administración presente), no se ha erradicado la pobreza en Ecuador. ¿Saldremos de la pobreza con la explotación del Yasuní, que a $100 por barril equivale a $18.000 millones, recaudados en décadas de explotación (menos de $1.000 millones anuales), considerando nuestro déficit presupuestario de $6.366 millones, deuda total alrededor de $25.000 millones (incluyendo por lo menos $8.000 millones al IESS) y deudas por litigios internacionales, sentenciadas en principio y potenciales, por miles de millones de dólares?

¿Debe la ciudadanía sacrificarse, aceptando eliminaciones de subsidios, para que continúe el incontrolable gasto gubernamental, aún a costa de hipotecar nuestras últimas reservas petroleras en el Yasuní? ¿O debe exigir al Gobierno la aplicación de una política de austeridad?

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