10 octubre, 2024

Mentiras, mentiras, mentiras

Hoy el país amaneció sin ti en nuestras calles. Ya no estás: te fuiste, huiste, corriste o te sacaron. Te obligaron a salir para dizque regresar después de un tiempo como salvador, héroe, mio cid, como templario. En tu sueño regresarás como cruzado, como soldado de tu revolución fracasada, olvidada, estropeada, malograda. El polvo se levantó sonriente de los arenales que ocultan el cementerio de las moscas. El mar soltó olas gigantescas  que amenazan con destruir los diques que soportan las indignaciones bien ganadas en todo este largo tiempo de ignominia y desastres en el que te declaraste majestad. Está cayendo lluvia sobre tu recuerdo de papel, sobre tu imagen de momia de arena…hay paz en el desierto que levantaste, hay tranquilidad más allá de la necrópolis en la que nos quisiste colocar a todos.

No te nombro porque es mi voluntad olvidarte. El Ecuador de pie debe sellar tu recuerdo, sanar tus insultos, tus ofensas, tus ideas caducas sembradoras de pobreza. Llegó el día: juró el tiempo que te libraría de esta patria, se comprometió el altísimo que te bajaría de la majestad, te treparía en un avión y te irías escuchando el grito del rechazo que sembraste y que te mereces. Nadie te canta gloria. Es patético: tan audaz, tan perfecto, tan príncipe y ahora tener que irte viendo cómo se destruye tu obra perfecta para el error, la equivocación, la mentira, el desorden, la tragedia…

Tus palabras: mentiras. Tus ideas: mentiras. Tus pasiones: mentiras. Tus intenciones: mentiras. Tus discursos: mentiras. Tu majestad y tus majestades: mentiras. Tu tranquilidad: mentiras. Tu revolución: mentiras. Tus obras: mentiras. Anda, ve, toma tus mentiras y constrúyete un palacio en el juego de tronos de tu aventurada agitación política pero fuera de nosotros, sin nosotros, que ya sabemos quién eres, cómo eres; de tu astucia aprendió la zorra, el águila y el cuy asado pasado por hierbas de encantamiento y sortilegios.

Nunca más Tú. Nunca más tus sabatinas de insultos y ofensas. Nunca más prensa corrupta. Nunca más llamar a Guayaquil “cantoncito”. Nunca más los sobre precios y las obras mal hechas y al apuro. Nunca más el despilfarro y la publicidad masiva hasta atormentar, creadas para manipular y hacer de ti un mito. Nunca más el irrespeto a la opinión del otro. Vete con tu ley de comunicación, con tu responsabilidad coadyuvante, con tu insensibilidad para escuchar, siquiera, la palabra del ecuatoriano que difiere contigo pero con quien se puede trabajar en aras de bien del Ecuador.

Miles y miles de moscas te acompañan en tu vuelo, es buena señal, te acompañaran en tu certidumbre.

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4 comentarios

  1. Sr.Rangel .Le pregunto que ha aportado Ud. en beneficio de su pais Su nombre no me recuerda nada. Es muy facil hablar con un cerebro envenedado .

  2. Excelente artículo, refleja al sujeto y a nuestra situación de forma magistral, de la manera como lo ve más del 50% de ecuatorianos, la población común doña Judith porque eso somos usted, el Sr Rangel, yo y alrededor de 15 millones de ecuatorianos más.

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