27 abril, 2024

Son los mismos

El optimismo que genero el discurso de Lenin aún perdura, pero con una menor intensidad. Si bien el beneficio de la duda no se debe perder, hay ciertas acciones que nos ponen al borde del pesimismo.

Lo primero fue el listado de los nuevos ministros y funcionarios que acompañaran al flamante mandatario, muy pocas son caras nuevas. El reciclaje que creíamos era solo una práctica del correismo se sigue ejercitando con Lenin, lo que no genera mucha confianza en quienes pensaron que se entraba a una etapa diferente en la política del país.

El equipo económico que debería ser sobre el que pesa la responsabilidad de sacar el país adelante y generar la confianza suficiente para las inversiones foráneas, han dejado a las mismas personas, solo un personaje de biombo trata de impedir ver a los mismos de la década ganada que siguen con la misma política equivocada.

La Comisión Anticorrupción que designa Moreno, y que tendría a su cargo el investigar las denuncias de las trafasías hechas por las correítas, tienen entre sus integrantes personajes del oficialismo lo que limitan su independencia.

Correa se permite decir que le sorprende que oficialmente se nombren comisiones ad hoc, que, con ayuda de organismos internacionales, lo que hacen es claudicar en todo lo avanzado en cuanto a soberanía y institucionalidad. ¿Es bronca entre verdes? ¿Los de ayer con los de hoy? En el fondo son los mismos.

El Presidente Moreno pidió a los 9 que aceptaron formar parte del Frente de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción, que: “Observen con lupa los casos en los que exista sospechas de corrupción y que actúen”. La Ministra de Justicia persona conocida por sus “actuaciones” en la Asamblea anterior, lo deja con la bata alzada al manifestar: “La investigación no es una competencia que se puede crear a través de un decreto, eso se mantiene en la fiscalía.” Es que son los mismos.

El escándalo que se quiere armar con los involucrados en el caso Odebrecht, es una forma en que los revolucionarios quieren ocultar todo lo que tiene que salir como resultado de los negociados en las hidroeléctricas, telefónicas y la venta del petróleo. Los millones de los que se habla pasaran hacer propinas que se han dado a los pequeños trúhanes que han servido de testaferros. Se nota el espíritu de cuerpo, todos se cubren entre sí, porque son los mismos.

El Contralor está en la mira de los verdes Flex por no ser totalmente de ese color. Es un camaleónico que ha cambiado de acuerdo a las circunstancias y conveniencias. Se reeligió porque el tiempo no le alcanzo para dejar todo en orden para sí y para los otros. No cubrió todo lo que tenía que cubrir, ni tapo todo lo que tenía que tapar. Por eso lo mandan al sacrificio; va Juicio Político.

El Vicepresidente, hombre peligroso debido a la gran información que tiene a su haber, corre suerte diferente, por ahora. Los de su partido no pueden permitir que hable. La solicitud de que se lo invite para que dé su versión sobre Odebrecht fue negada con los los 73 votos de sus panas. Volvió a brillar el argumento de que lo que se pretende es armar un show, a pesar de que él dijo estar dispuesto a comparecer. Queda totalmente demostrado que son los mismos.

El país no debe esperar mucho de las investigaciones que se puedan hacer por el lado de la Fiscalía General del Estado. La Asamblea con la mayoría de AP tampoco permitirá que se dé un destape. La Comisión Anticorrupción nombrada por Moreno son de los mismos y los que están como independientes duraran poco. La justicia sigue en manos de los mismos. Nada nuevo bajo el sol por ahora. Confiemos aun en Moreno que, aunque es de los mismos parece querer sacudirse el estiércol.

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La subjetividad forma parte de la vida de las personas. Aún cuando exista el convencimiento de que somos objetivos, no es así. Efectivamente, no toda la gente padece de falsedad; pero es lamentable confirmar que, del todo, una buena parte vive bajo los parámetros de la misma. La subjetividad es la falsedad, porque es observar, analizar y juzgar al mundo bajo parámetros propios, creyéndose el que interpreta así la vida, como el gran conocedor de todo y no da lugar a otras formas de pensamiento. Es a lo que llamo “la teoría de la falsedad”: “las cosas son como yo las pienso y entiendo. Lo demás está equivocado”.

Creamos ídolos de barro, sabios de papel, intocables arraigados en sus teorías obsoletas. No estoy en contra de los grandes y auténticos maestros, estoy en contra de los que siendo maestros en el ayer, ahí se quedaron; con sus viejas teorías, no buscaron nada más, no quisieron aprender lo nuevo y por eso se encuentran estancados. Pero como son “intocables”, les han hecho creer que lo son, no hay manera de hacerles ver que están equivocados. Que el mundo ha progresado y que el aprendizaje significativo va más allá de aplicar las normas de la sintáctica y la semántica tradicionales.

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