28 abril, 2024

Madre

“El padre y el hijo son dos.  La madre y el hijo son uno”. Lao Tse

“Madres en vuestras manos tenéis la salvación del mundo”.  León Tolstoi

“La más bella palabra en labios de un hombre es la palabra madre, y la llamada más dulce: Madre mía.”  Khalil Gibran

El primer pensamiento de Lao Tse, nos resume en una frase muy corta una hermosa realidad vital que nos marca a todos los seres humanos con un vínculo y sentimiento único, pues madre e hijo fueron una sola unidad por nueve meses, hasta producirse el nacimiento.

Nacemos después de habernos nutrido, ser protegidos y sentir por medio de nuestras madres, para continuar después de nacer y hasta la muerte de ella, sintiendo siempre esa unidad en la diversidad, la distancia o las diferencias.

Dejamos de ser uno para mutuamente ser únicos, cada hijo es para su madre único y para cada hijo su madre es única.

Ese fuerte vínculo se expresará de varias formas pues cada hijo(a) deberá seguir su vida, madurar, en su diversidad y ser único también en su ser y hacer, para que la armonía y diversidad de la vida continúe.  Quedará siempre un cordón umbilical invisible pero con una fortaleza enorme que se llama amor.

El amor de madre por sus hijos y el de los hijos por su madre, jamás deberá ser una cadena condicionadora u opresora en ningún sentido.  El verdadero amor ama, valga la redundancia, la libertad, sin ella no es auténtico y podría ser perjudicial.

El segundo pensamiento de León Tolstoi pone la salvación del mundo en las madres, porque en el amor de las madres está el sacrificio, la entrega, los cuidados, la formación y todo lo que requerimos para vivir y crecer saludablemente en todos los campos.

Por esto, último, hay una madre universal que nos sustenta toda la vida y ella requiere que la  valoremos y cuidemos; es la madre tierra que debemos salvar, con la ayuda de otra madre, para los creyentes, la madre del Dios creador, la Virgen María y en la suma de esas tres madres esta nuestro presente y futuro y no solo nuestra salvación, sino también nuestra felicidad.

Concluyo con estos pensamientos:

“Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene.  José Martí

“A una madre se la quiere
siempre con igual cariño
y a cualquier edad se es niño
cuando una madre se muere.”  

José Maria Pemán

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Amo estar vivo y amo estar muerto cuando muerto esté.

Amo a mi madre y a mi padre que estuvieron en este mundo y me esperan en el mundo en el que estén.

Amo el aire que respiro, el agua de canela y el pescado que no está en una pecera.

Amo ver, con lentes, sin gafas, con los ojos vendados, atado de pies y manos y esperando que amanezca después de amarte desde las cero horas hasta las seis.

Amo pasarme la lengua por la cara, lamerme los labios de alegría probando chocolate caliente viendo a mi hija meter sus sueños en la mochila.

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