Al analizar los roles de Bolívar y San Martín en las reuniones que tuvieron lugar en Guayaquil entre el 26 y 27 de Julio de 1822, los estudiosos de este período consideran que Bolívar preparó la entrevista con antelación. Él se aseguró de llegar primero, ocupar la ciudad con sus tropas, destituir al Gobierno Provisorio de Olmedo y nombrarse Jefe Supremo. Todo esto lo hizo sin conocer la ciudad, ni a los guayaquileños, quienes conocían de él a través de escasas noticias publicadas por el periódico El Patriota de Guayaquil. San Martín se había embarcado para Guayaquil en Febrero, pero se regresó al Callao, al conocer que Bolívar no tenía planeado visitar Guayaquil por esa fecha.
Bolívar tuvo el poder de la palabra y la manejó para lograr sus objetivos. Por un lado expresaba admiración por sus adversarios y los hacía sentir importantes para ganarse la confianza, pero sus acciones autoritarias deslegitimaban sus intenciones. Al llegar a Puná, San Martín recibió una carta de Bolívar en la que le manifestaba: