24 abril, 2024

¡Levántense no tengan miedo!

Una de las frases que más impactó en el mensaje de Jesús a sus seguidores era la de superar el miedo: ¨Confíen¨, ¨No se turbe tu corazón¨, ¨No sean cobardes¨. En el relato de la Transfiguración (segundo domingo de cuaresma), nos repite lo mismo, pero acompañado de la palabra Levantarse. Eso es creer o vivir la resurrección. Superar los miedos de la vida, levantarse de las caídas y desgracias confiados en la fuerza de la vida de un amor misterioso que no abandona, que es incondicional y que en el claro oscuro de la vida, está ahí, es aquí, es ahora cuando lo puedo sentir, palpar y caminar con él.

Es curioso que este relato aparezca en la cuaresma después que en el primer domingo se puso a prueba el corazón humano de Jesús, en el episodio de las Tentaciones (Mt4): tienes hambre, necesitas comer, usa el poder de Dios para tus necesidades básicas insatisfechas, ¨ haz que estas piedras se conviertan en pan ¨. Dices, confiar en un Dios, que es todo poder, prueba a tu Dios y tírate desde lo alto de un edificio, y tu Dios enviará ángeles para que no te pase nada, ¿Dónde está tu Dios?

Mira querido joven, adulto, mesías, salvador, como quieras ser, todos tenemos necesidad de poder para hacer el bien, para buscar lo necesario, para vivir bien y cómodo, vamos recibe todo lo que yo te dé en las coimas, en negocios fraudulentos, con tal de conseguir nuestro bienestar, adórame a mí, ¨ In God we trust¨ dice el dólar, eso es lo único que vale. La respuesta de Jesús no fue fácil, pero es la correcta: ¨apártate de mi Satanás¨. Después vino la Gloria, la Transfiguración, la belleza de un fe que se muestra victoriosa y ahora goza de la Gloria de Dios que sabe lo que hay en el corazón del hombre, pero para ello necesitaba del desierto, de la lucha y de mostrar las verdaderas intenciones de un corazón sincero que sabe de prioridades y de bondades. Ese es camino trazado por Jesús.

Querido joven para quien están hechas estas líneas desde la confianza que eres más libre para ver las cosas, que eres más fuerte para luchar y tratar de ser mejor, otro modo de ser humano se necesita hoy, ponte en ¨modo humano ¨. Esto es saber caer pero levantarse, esto es sentir miedo pero luchar, dudar de uno mismo pero confiar en la bondad de la vida, caminar a ciegas pero no a locas pues, podemos tantear rastros del Dios vivo y verdadero.

¿Qué será de ti? Solo tú lo decidirás. Un infante que recién comienza su aventura del saber solo podrá superar las grandes dificultades del aprender por la confianza y el cariño de sus padres. Un recién graduado por la confianza en sí mismo que puede alcanzar metas, objetivos y superar exámenes. Un nuevo universitario comenzaría una nueva travesía del saber que solo avanzará si sabe levantar su mente a los grandes retos y despertar sus sueños de ser un gran profesional y ciudadano. Y cuando recién salga al mundo laboral deseará y necesitará seguir aprendiendo, luchando, no sabrá si encontrará el trabajo adecuado para el cual se preparó, pero tendrá las competencias y la actitud para luchar para levantarse y superar miedos y dificultades.

Si algo enseña la fe en Cristo Jesús es que la vida no es fácil, pero es bella, su belleza se muestra en la lucha de ser uno mismo, de ser con otros y de trascender, de hacer las cosas con un corazón agradecido, sabremos que al final de la vida se nos juzgará por el amor y por la capacidad que tuvimos de emprender la vida con fe y optimismo. Eso le permitió a Jesús atravesar el desierto, purificar el templo, cargar la cruz, superar la muerte con la fuerza de la confianza que Dios calla, pero acompaña, respeta pero se compromete con nosotros. El silencio de Dios en el aparente fracaso de la humanidad de Jesús, como de la humanidad actual termina con la explosión de vida que nos da su palabra: ¨Tu eres mi hijo amado, en quien me complazco¨. El único miedo que debemos tener es el querer instalarnos en la mediocridad y el no arriesgarnos por lo que amamos o deseamos para el bien de nosotros y los otros (nos-otros).

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