23 enero, 2025

La NASA mientras llueve en Guayaquil

Llueve sobre Guayaquil mientras la NASA anuncia el descubrimiento de un nuevo sistema solar que es integrado por planetas que tienen condiciones para albergar, desarrollar e integrar vida humana. ¡Extraordinario! La noticia abre muchas posibilidades. Nuevas situaciones que se irán sucediendo. Probabilidades y lo no probable. Preguntas. Respuestas. Cuando ya determinen que los planetas estás listos para recibir vida humana, para extenderla vida ¿qué pasará? ¿Encontraremos vida allí? Acaso ¿estarán más adelantados que nosotros?

Digo: sabrán de las guerras, las hambrunas, de las ideas,  de la filosofía, del arte, la cultura, la medicina. ¿Conocerán del dinero? ¿Hablaran del pecado? Y si no hay nada. Sólo bosques, praderas, ríos, océanos, frutos que caen de los árboles, peces que saltan en las aguas. Todo esperando al hombre. Para empezar de nuevo o quizás para recomenzar sin los trágicos errores de nuestra existencia. En estos nuevos planetas, en esta nueva tierra, ¿llevaremos el dinero, el capitalismo, el comunismo?. El poder, la miseria, el control, la migración y los mártires y los sacrificados.

¿Quién mandará en estás nuevos territorios? O será tal como fue con la conquista española al llegar a América. Impusieron la espada, el caballo, la peste, la virgen de los dolores, el cristo de las cruces y las dagas. ¿A qué vamos a los nuevos planetas? Qué Dios se impondrá. ¿Será Buda? O krishna. ¿Quién decidirá? Yo quiero ir a estas nuevas tierras. Iré sin mantel, sin uniforme, sin diabetes, sin cáncer, sin carnet del seguro social, sin certificado de votación ni cédula de identidad que limite mis pasos y me declare a mis dueños.

¿Llevaremos nuestras vergüenzas, pavores y culpas? Es esta democracia de los ricos y famosos la ideal para la extensión de la especie humana? Pero yo quiero ir. Que la NASA me inscriba en el primer vuelo. Que sea sin retorno. Con la posibilidad de llevarme a los míos y a los tuyos también. ¿Qué me llevaría de mí hacia ese más allá de lo conocido? Me iría con el miedo a morir. La muerte mí tan gran amiga, algún día te me presentarás vestida de azul y granate, con flores de mango y perfumes de orquídeas de selva, anunciando que me llegó la hora. ¿Quién me hará el funeral en la nueva vida?

Ha parado la lluvia y he encendido un fuego de sabiduría que me acompaña ante el frescor de la tarde que muere y nace la noche. ¿Por qué no puedo ver la música? ¿Por qué tenemos que nacer de mujer y engendrado por madre y padre? ¿Para qué ir más allá del sol? Y si el sol se resiente y se apaga antes del florecimiento de la uvas del vino de misa de semana santa.

Pero yo quiero ir…aunque también vayan: Trump, el socialismo del siglo 21, los asesinos de Estado Islámico, los carteles de la droga y los dueños de autos. CNN, NEFLIX Y HBO se han unido con canal 10 para retrasmitir la llegada de los primeros colonos hasta la tierra prometida. Llegamos y ahora lo estamos viendo.

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"El agricultor vive pobre y muere rico" dice el dicho…

Un agricultor debe está perdidamente enamorado de la tierra y olor a campo para serlo. Estar embelesado: de la placidez de su tierra, de la tranquilidad de su estancia, de las charlas con sus amigos y vecinos durante la fresca del atardecer, de los concursos de piruetas sobre caballos broncos, las peleas de gallo y del acompasado silencio del campo roto únicamente por el chocar de copas. Dado que la embriaguez es su mejor compañía, superada solamente cuando va unida a la fiesta del pueblo y la visión de las bellas mujeres en vestidos multicolores que hacen lucir sus garbosos cuerpos.

Y a pesar de los riesgos, del clima y de las permanentes quejas propias del agricultor, el futuro del montubio Juan Campesino y del chagra Atahualpa Tocto está en ese sobrecogedor sosiego, interrumpido sólo a veces por la compañía de su música plañidera de guitarra o rondín.

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