26 abril, 2024

La soberbia Medusa

Cuenta el mito, que el fruto de un terrenal episodio del más poderoso dios del Olimpo, un dios aventurero y mujeriego llamado Zeus Pueblus,y de una princesa, de belleza inigualable llamada Democraciae, se enfrentó sin recato a las terriblemente temidas monstruos arcaicas.

La belleza de Democraciae,casi perfecta en términos terrenos, la convirtió en la codicia de ostentosos príncipes. Obviamente, cada delfín aspiraba a Democraciae solamente para saciar suspasiones. Con agendasy expectativas propias.

Es así, que Democraciae, se convirtió en víctima secuestrable de enérgicos y no tan simpáticos príncipes. Unos más feos que otros. Perseus Rafaelus, el vástago de Zeus Pueblus y Democraciae, ya poderoso y robusto, con el afán de defender a su hermosa creadora, y con la intención de demostrar sus grandes atributos de guerrero, sale en busca de la que otrora fuera una doncella encantadoramente hermosa, pero ahora convertida en la más agresiva de las hermanas Gorgona: Medusa Universólitis.

Perseus, asesorado por un inteligente pero controversial edecán llamado GutHermes, emprende su marcha hacia la isla de los Vientos del Furor. Se ha dicho que el poder y la tiranía de aquella tierra no tenía contrincantes en ningún imperio de los mortales. Pero Perseus tenía a GutHermes con él. Entonces, creyeron que el camino, aunque lleno de obstáculos, era factible de cubrir. Juntos encontraron en los misteriosos pantanos de la legislación, tres regalos que podrían facilitar una pírrica victoria sobre las engreídas hermanas Gorgona.

El primer regalo, consistía en unas sandalias aladas, que aseguraban la velocidad con que se podría exterminar al monstruo.

El segundo regalo, consistía en una bolsa mágica que podría ajustarse a las proporciones de cualquier eventualidad.

GutHermes, sin embargo, entendió erróneamente que su asesorado Perseus podría utilizar dicha bolsa saliéndose de toda proporcionalidad. Craso error de cálculo, que produjo serias heridas al aguerrido combatiente. El tercer regalo, consistíaen un casco que permitía al guerrero convertirse en invisible ante sus intolerantes y prejuiciosas agresoras. Sin duda alguna, el mejor y más eficaz de los regalos.

GutHermes, conocía a la perfección los recovecos del camino hacia las habitantes de aquella isla, donde la verdad es de propiedad absoluta y la mal entendida libertad de expresión, usada cual venenosas serpientes, es la principal herramienta de su furor y poder.

Perseus, luego de un viaje horrendo, cargado de malestares y desventuras, logra violentar las seguridades donde descansaban omnipotentemente las hermanas Gorgona. Las encontró aparentemente adormitadas. Pero como explica el mito, no podía mirarlas directamente a los ojos, esto es absolutamente inadmisible para los simples mortales. Perseus, haciendo efectivo uso de su inteligencia criolla, utilizó un orden de enredados códigos que permitieron reflejar la imagen de la inefable Medusa. Así es como Perseus, finalmente, logra observar con claridad la cabellera repleta de retorcidas serpientes que caracteriza a la única mortal de las poderosas hermanas. Con el mismo código, que originalmente permitió advertirlas, Perseus cortó en varias arremetidas la cabeza de la controversial Medusa. La mutilada Gorgona, tan vanidosa y orgullosa,clamó por auxilio a sus feroces hermanas.

Pobre Perseus, cuanta inocencia, poco se imaginó que la inmortalidad y saña de las otras dos Gorgona, arremeterían tan inmisericordemente contra la pequeñez de su mortalidad, que jamás, creían ellas,le permitirá antagonizar contra tan exuberante poder. Perseus, benevolentemente, devolvió la cabeza. Ahora si, mirando a los ojos de las horribles bestias, regresó a su reino, y el pueblo entendió que Medusa…aunque no invencible, repugnantemente soberbia.

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¿Hasta cuándo las ofensas?

Hace aproximadamente cuatro años, se publicó en Quito el libro Irradiación de 1809, Historia de la Academia Nacional de Historia 1909‐2009”. Esta obra se escribió para conmemorar el centenario de la citada institución. Su autor la inició con un capítulo dedicado a la Independencia de Ecuador. Para mi asombro, no había referencia alguna al 9 de octubre de 1820. Inmediatamente procedí a escribir una carta de protesta a Juan Cordero Íñiguez, presidente de la mencionada academia, y presenté mi renuncia irrevocable. Yo no podía formar parte de una agrupación que despreciaba la independencia de Guayaquil. Juan me contestó indicando que no era una obra publicada por la Academia Nacional de Historia, había sido iniciativa de uno de sus miembros, solicitándome retirar mi renuncia. Le contesté que no lo haría ya que él había escrito el prólogo y debió haberse dado cuenta de tan lamentable omisión.

Han transcurrido los años y un nuevo libro se ha publicado en Quito sobre la Revolución Juliana, su autor es Juan Paz y Miño. Para mi sorpresa, quien escribe el prólogo es Juan Cordero. Lo sustancial se resume a continuación:

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  1. !Bienvenido a la «columna»!
    Soy solo uno de los tantos lectores que admira a los mejores lideres de opinión que aquí escriben. Buen desafío y suerte Gustavo.

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