26 julio, 2024

"El agricultor vive pobre y muere rico" dice el dicho…

Un agricultor debe está perdidamente enamorado de la tierra y olor a campo para serlo. Estar embelesado: de la placidez de su tierra, de la tranquilidad de su estancia, de las charlas con sus amigos y vecinos durante la fresca del atardecer, de los concursos de piruetas sobre caballos broncos, las peleas de gallo y del acompasado silencio del campo roto únicamente por el chocar de copas. Dado que la embriaguez es su mejor compañía, superada solamente cuando va unida a la fiesta del pueblo y la visión de las bellas mujeres en vestidos multicolores que hacen lucir sus garbosos cuerpos.

Y a pesar de los riesgos, del clima y de las permanentes quejas propias del agricultor, el futuro del montubio Juan Campesino y del chagra Atahualpa Tocto está en ese sobrecogedor sosiego, interrumpido sólo a veces por la compañía de su música plañidera de guitarra o rondín.

El cultivador, como todo bien enamorado, argumenta: “El campo tiene siempre futuro. Es la base de una nación. Yo prefiero oler a mis ganados y plantas que al cemento de las obras y gas de los carros”.

El hombre de campo es estoico ante los golpes de la naturaleza, humilde, generoso amistoso y, por su costumbre de ser honesto y leal, considera que los demás lo serán.

Por la antes dicha razón es fácil víctima de los engaños y mendacidades. No obstante, así mismo, sus reacciones son muy primarias. Ante una ofensa blande el machete o apunta su escopeta.

El anterior lirismo, al que nos hemos acostumbrado, no expone lo dura y costosa que es la vida del granjero. No es cierto que él echa la semilla y la tierra le devuelve sin costo la cosecha. Tiene múltiples riesgos desde el implacable calor húmedo, o el frío del páramo; la gran cantidad de insectos portadores de diferentes enfermedades y sin Centros Médicos cercanos. Las culebras, el agua de beber contaminada, la general insalubridad… las inmanejables variables de la naturaleza: Sol y sequía, gélido y brumoso… las distintas enfermedades de las plantas. Además, debe comer, vestirse, cuidar su salud; cuando menos.

En la historia: La agricultura y ganadería, ahora debemos agregar la acuicultura, ha sido siempre fuente de balances comerciales positivos para el Ecuador. Desperdiciado en la industrialización a ultranza -incluyendo las farmacéuticas que advertían que era un error y hoy la mayor parte de ellas se ha ido del país- y en otros infundamentados gastos.

Salvo raros casos, como el del ex presidente Constitucional y Democrático, ingeniero León Febres Cordero: La producción de flores en la sierra, de brócoli, espárragos, la quinua de alto valor proteico, casi milagrosa para los celiacos, y fácilmente comercializable por el desarrollo de un proceso impulsado por Nestlé, nuevas variedades de ovinos (sierra y costa), camélidos (Alpacas), acuicultura, cebollas en la costa, mangos, transvases, y mucho más… ha recibido total apoyo.

El demagogo Correa, asumiendo adicionalmente el papel de Papá Noel, se dedica a repartir, para impulsar la más baja politiquería de la historia, “equipo de labranza” que nadie sabe en que consiste, cómo, cuándo, dónde y en cuanto ha sido adquirido. Igual la famosa Urea subsidiada que se entregaba sin planificación y a los “compañeritos”.

Hoy reparten subsidios que son engañosos en su finalidad y que, analizando bien, no aportan ayuda ni paliativo -¡Gran demagogia insolente!- para con abalorios adquiridos con el dinero producido por el honesto sudor del mismo pueblo lo engañen en trocar el inapreciado voto del ciudadano que le da derecho a su libertad y justicia, con tal de lograr su ascenso al sitial de Emperador; que, para colmo nunca será más de, Gran Mogol títere.

“Les garantizamos el precio mínimo a la saca de 28 dólares, el precio mínimo del quintal de maíz, $ 13,75; pero tampoco vamos a permitir que suba muchísimo”, indicó Correa. (El Universo 25 de agosto)

Un caso de Ripley: En plena cosecha de arroz, cuando tenía un valor muy alto en el mercado internacional, PROHÍBEN la exportación y justo precio, en cambio exigen su venta al centralizador que procede a “guardar como reserva” 90 000 ti. de arroz sin una capacidad de embodegamiento y adecuada protección. ¿Creen que algún día se sabrá que hicieron con esta “reserva”? ¿Cuánta se utilizó? ¿Su costo de movilización y muñequeo del reparto; si se da? ¿Por qué no aplicaron la misma medida con el petróleo?

¿Por qué un país pobre gasta su capital embodegándolo? Lo acertado es vender cuando sobra y comprar cuando se necesita (el tema será ampliado en otro artículo).

No hay fomento a ninguna de las actividades agropecuarias y de cosecha del mar. Es primordial también destacar que de acuerdo al desvarío plasmado dentro del proyecto de “Constitución”, la tierra amada por el hombre sencillo: El comunero, aparcero, permanece de propiedad Estatal. ¿Será que ese digno nombre Pacha Mama lo comprendieron como “Para Mamar”?

Únicamente te pido hermano ecuatoriano: Lee bien, analiza, contrasta lo que quieren hacerte, con tu experiencia. Vota por tus principios y tus anhelos. No vengas luego con el trillado: “Los políticos son malos, sinvergüenzas, engañadores… ¡Que mala mi suerte!”

No es suerte. Es: Reflexionar y NO dejarse traicionar.

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×