Se pretende que sólo las provincias “postergadas” puedan recibir la solidaridad, los beneficios y ventajas del estado central que pasará a controlar la economía y los negocios financieros del país, que por su importancia y trascendencia económica pasarán a ser parte de la cosa pública. Así se explica que ciudades y cantones como Guayaquil que lideró el voto autonómico estén excluidos de la posibilidad de ser ciudades o cantones autónomos, pese a contar con población 20 veces mayor que la de ciudades o cantones pequeños, cuyos habitantes en su gran mayoría viven en ciudades como Guayaquil y Quito…