Jovenes Talentos – "Panem et Cirsenses"
Por Lidia Abad Arteaga
A las personas no les gusta ver la realidad. Como muchos otros, yo voté por Rafael Correa, incluso fui más allá: le hice campaña desde antes de las primeras elecciones cuando aún nadie lo conocía. Él era muy diferente a lo que ahora vemos y sus propuestas eran otras. Lo apoyé de manera incondicional, a pesar de que notaba que algo no estaba bien, hasta casi las últimas elecciones cuando se aprobaba la propuesta para hacer una nueva constitución. Creía que aún existía la posibilidad de que regresara a ser lo que era antes, a pesar de que mucha gente que lo conoció desde su época del colegio me advertía que no lo iba a hacer. Yo creía en él, me dejé cegar.
No hay que quitarle méritos, el Presidente de la República trabaja muy duro y es cierto. No para. Ha visitado más comunidades que cualquier otro, mira la realidad de los pueblos y comunas de cerca, ha construido 1 o 2 escuelas del milenio que tienen más tecnología que ninguna otra, cumplió su promesa al construir “casas” con el MIDUVI (las cuales tuve la oportunidad de conocer muy bien por unas encuestas que hice en los recintos de Samborondón) y ha hecho otras cosas buenas que no se pueden negar.