Pongamos en contexto el tema, relacionándolo con las denuncias, la injusticia y la desigualdad de los pueblos, tomando como ejemplo la situación angustiosa que vive el pueblo cubano bajo un régimen de tinte socialista.
SIGNIFICADO Y CONTEXTO DE LA “LEY DEL EMBUDO” SOCIALISTA
Esta expresión, “ley del embudo”, se utiliza comúnmente en países de habla hispana, y en especial en Cuba, para criticar la corrupción y la falta de equidad en la aplicación de la justicia por parte de la dictadura cubana.
Se resume en el refrán: “lo ancho para mí, lo estrecho para ti”, lo que ilustra cómo quienes tienen poder se benefician a expensas de los demás. En el caso cubano, gobernado por las dictaduras de la familia Castro y seguido por Díaz-Canel, esta situación se agrava con el bloqueo impuesto por los Estados Unidos.
En mi opinión, el régimen cubano, para sobrevivir, tiene que importar —sin recursos— prácticamente un 90% de lo que se consume en el país.
LA PREGUNTA DEL MILLÓN
Surge entonces la pregunta: ¿cómo resolver o solucionar los problemas de alimentación, salud, educación, empleo y el incremento de los índices de criminalidad e inseguridad ciudadana, si el modelo económico ha sido un completo fracaso?
Y más aún, si las potencias y países amigos de Cuba —como Rusia, China, México o Irán— están resolviendo sus propios problemas, agravados por el hecho de que las principales industrias cubanas están quebradas.
Solo como ejemplos observados en territorio: la industria azucarera ya no produce ni la mitad del consumo nacional racionado; la industria del cítrico ha desaparecido; y la agricultura está abandonada: no se produce ni para el consumo de las economías familiares.
SOLUCIONES
La dictadura no tiene soluciones y sobrevive únicamente gracias a tres fuentes de ingresos cada vez más inciertas:
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La explotación de los sueldos de más de 15.000 médicos y enfermeras que trabajan en todo el mundo.
El régimen recibe aproximadamente 11.000 millones de dólares por estos servicios, y se queda con una tercera parte de los ingresos de estos profesionales, sin beneficio de inventario, ya que los servicios de salud y la calidad de las medicinas no mejoran. -
El turismo, que se ha desplomado totalmente porque los gobiernos socialistas de México, España y Canadá han suspendido sus ayudas ante la situación de inseguridad ciudadana y el incremento de la delincuencia en la isla.
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Las remesas, enviadas por más de un millón de cubanos que lograron salir del país y de sus familias en el exterior.
El régimen recibía cerca de 2.900 millones de dólares anuales en remesas, pero hoy apenas alcanza 1.000 millones según cifras oficiales de 2024, debido al éxodo masivo y a la falta de capacidad de ahorro de los migrantes.
¿DE QUÉ SOBREVIVE LA DICTADURA?
Dependen de donaciones y ayudas diplomáticas provenientes de países con afinidad ideológica de izquierda, principalmente en Europa y otras regiones.
A pesar de la condonación parcial de la deuda con China, Rusia y Argentina, Cuba no ha podido pagar ni los intereses, peor aún el capital, al Club de París.
Mientras tanto, se denuncia que los dictadores tienen cuentas bancarias en el exterior y planean abandonar la isla si no llega ayuda emergente de los pocos países que aún mantienen relaciones ideológicas socialistas o comunistas.
China y Rusia han apoyado temporalmente a Cuba con pequeños embarques de petróleo y alimentos, a cambio de la ocupación de instalaciones y bases de espionaje para vigilar satélites estadounidenses.
La ayuda de Irán ha sido canalizada para reactivar algunas industrias, pero ha resultado insuficiente, en un país donde el pueblo se debate entre la miseria, la prostitución y una población cada vez más envejecida.
Díaz-Canel y su régimen están al borde del colapso, sosteniendo el pretexto propagandístico de que la crisis es ocasionada por el embargo económico de los Estados Unidos.
Lo que percibo es que los dictadores están esperando poner a buen recaudo sus fortunas y alzarse con el vuelo, a costa del sufrimiento de los cubanos que han caído en la ley del embudo.
Cuba no merece esa clase de vida que ha destruido su entorno familiar.
