Los medios que La Salle propone para llegar a ser hombres interiores, son: ante todo la ORACIÓN, luego la separación del mundo, la mortificación de los sentidos y del espíritu, el silencio, la pobreza material y desasimiento espiritual. Esta es la ascesis de la espiritualidad lasallana.
Dios nos pide que nos desprendamos de todo; como a los Santos, como a los apóstoles. Para ser de Dios hay que dejar el mundo. Despojarse de los bienes terrenos es el primer paso serio para ser de Dios. Así es el Evangelio.
Pero es un alejamiento distinto del de los ermitaños. «Nuestra presencia en el mundo» es necesaria para un apostolado eficaz Luego lo que se pide aquí, más que el alejamiento material, es el alejamiento del espíritu mundano. Llenarse de Cristo al paso que vaciarse del espíritu humano… y llegar así a ser hombres interiores.
La separación del mundo es indispensable… y actuar en el mundo debe ser solo en espíritu apostólico. El Santo piensa lo mismo sobre el retiro y la soledad. No son fines en si; son medios para impregnarse de Dios. «Debéis amar el retiro para trabajar así en vuestra salvación; pero debéis dejarlo cuando Dios os quiere en la salvación de las almas que os ha confiado» .
