25 junio, 2025

Musk vs Trump, Trump vs Musk

Era solo una cuestión de tiempo para que los intereses en conflicto afloraran y el desamor se evidenciara entre dos audaces sujetos que mutuamente se usaron en aras de mayor poder político y económico. Al no existir mayor diferencia entre lo gubernamental y lo personal, la palabra de Trump es un esperpento de ley hasta no enfrentar a un sistema judicial probo y desvinculado de sus designios. Musk, su alter ego en los negocios apalancados en beneficios y prebendas políticas, puso su influencia tecnológica y vastos recursos a la mediática disposición del candidato, luego presidente, con el vanagloriado perfil de un solucionario para casi todos los problemas que aquejan al mundo. La tóxica coexistencia entre dos magnates con perfiles psiquiátricos de alto riesgo duró lo que factiblemente podía durar.

Si Musk usó algo más que ketamina o Trump estuvo en la red Epstein son temas ya del pasado, pero con determinantes impactos en la opinión pública estadounidense y en la adversa proyección política de un mandato errático con marca registrada. Empero, el grave problema de este enredo es que el pleito no está para nada dirimido, y lo que es peor, no se resolverá mientras Musk no se declare vencido ante Trump, algo improbable que suceda, pero aún así. Este es solo el comienzo de un apocalíptico presagio para la Casa Blanca con implicaciones de gran magnitud a nivel mundial, ni tanto por un potencial impeachment, sino por las afectaciones geopolíticas OTAN vs Rusia y una expectante China apostando por su propio juego de cartas.


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