21 junio, 2025

Despertar en Bangkok

Tuve días en mi vida cuando despertar cada mañana era un acto heroico. Despertar me causaba mucha angustia. Estaba pasando un tiempo difícil, superando problemas personales y de salud (también personal, obvio). Por eso puedo diferenciar claramente lo que es un despertar feliz de aquel que no lo es.

Entre tantos despertares con angustia he tenido también los que se han quedado en mi como maravillosos recuerdos, dignos de ser contados como los mejores, en lo que va de mi vida.

Ciudad de Lima. 

Hicimos un viaje familiar, en avión, los seis de mi familia, mi esposo, mis cuatro hijos y yo.  Mi primo Eduardo, quien vive en Lima, nos recibió y nos llevó a su departamento, en el piso 19 de un edificio frente al mar, para pasar ahí esa primera noche del paseo. Debimos quedarnos hasta tarde conversando de muchas cosas, el asunto es que yo estaba cansadísima y todos estaban cansados, también.

El departamento de Eduardo tenía un dormitorio y una gran cama, en la cual “cayeron secos” como se dice, mi esposo y mis cuatro hijos. Eduardo arregló un sofá para mi en su sala y él durmió en un colchón improvisado sobre el piso. 

Una vez acomodados en las improvisadas camas, seguimos conversando hasta el amaneces, recordando historias familiares de nuestra niñez, hasta que nos quedamos dormidos. Desperté porque los rayos del sol me quemaban la cara y el sonido del mar se sentía muy fuerte en mis oídos. Miré hacia el ventanal, no me ubicaba; luego fui recorriendo la habitación con mi mirada. No sabía a donde estaba, a mi costado derecho vi a mi primo Eduardo, ahí dormido sobre un colchón, envuelto en unas mantas en el piso. Pasaron unos minutos hasta que recordé el viaje y el porqué estaba yo ahí. Fue un cálido despertar, el sol dándome en la cara, el ruido del mar…, una grata sensación de no tener apuro, de no tener nada que hacer…lo disfruté mucho.

Mar de Galilea, Tierra Santa. 

A ese viaje fuimos mi esposo y yo, como parte de un grupo de peregrinos. 

Las ventanas de nuestra habitación del hotel daban al lago Tiberíades o mar de Galilea, aquel lago sagrado en el que Jesús realizó milagros… Un lago inmenso con olas que se batían al ritmo del viento.

El cansancio me venció la noche anterior a aquel despertar, y fue maravilloso abrir los ojos ahí, tan cerca de aquel lugar santo. Una mañana más, sentir el calor del sol sobre mi cara, y luego ver como sus rayos se reflejaban en las aguas del Tiberíades.

Bangkok.

Hace poco, visité algunos países en el sur de Asia, entre ellos Tailandia. En este viaje éramos cuatro, mi esposo, mis dos hijas menores y yo. Al despertar, muy temprano, en la mañana, vi el intenso sol a través de la ventana y el calor sofocante, pese al aire acondicionado de la habitación, no me permitió continuar con mi descanso.

Una ciudad que despertaba con calor y yo con ella, sin saber otra vez, ¿qué hacía ahí?, qué lugar era ese, hasta qué pensando, poco a poco, pude darme cuenta a donde estaba y recordé mi viaje.

Rishikesh, India.

Quizá el mejor de todos los despertares, fuera del Ecuador, fue en Rishikesh, India. Eso fue una delicia sintiendo en mi piel el viento frio de los Himalaya, percibiendo ese aroma inigualable de aquel lugar maravilloso.

Santa Elena, Ecuador.

Han sido despertares épicos para mi, inolvidables. Aunque los mejores han sido aquí, en mi país, cuando voy a la casa de playa, villa Juanita. El cantar de los pajaritos, el sonido de las hojas de los árboles al golpear contra si o contra el viento, y mil sonidos más de no se cuantos animalitos, en una casa que está entre la playa y el campo.

Es bello despertar así, sin miedo, sin estrés, sin angustia. Eso lo se porque, como dije, hubo un tiempo, en el cual despertar era terrible para mi, muy difícil, luchando contra la taquicardia, hasta que mi corazón regulaba sus latidos y mi mente sus pensamientos.

Cuento mis historias, porque tal vez no te has percatado de la diferencia de los amaneceres, vale la pena prestarles atención y agradecer esos detalles tan lindos de amor, que nos regala la vida con la llegada de un día más, sus sonidos y sus sensaciones que marcan la diferencia en los recuerdos. 

5 comentarios

  1. Hermosas historias. Valorando lo único que existe, HOY.

    Cada palabra. Cada línea me transportan, sintiendo en la respiranción el aire algo frío pero muy acogedor. He Terminando con una sonrisa de gozo y repitiendo en mi interior Gracias.

    1. Un lindo amanecer de lugares lejanos para nosotros y hermosamente comparados con los amaneceres de las bellezas de nuestras playas junto a la naturaleza
      Y compara con gran precisión , la paz alegría tranquilidad y felicidad de un despertar cuando disfrutamos de salud física mental emocional y espiritual y que debemos apreciar lo presente

  2. A si mi querida Karyna la paz y tranquilidad que se tienen al amanecer son productos q se están haciendo bien las cosas saludos

  3. Qué lindo es despertar frente al mar, o despertar frente a un jardín lleno de luz, a mi me pasa eso cuando viajo y al despertar no entiendo el lugar donde me encuentro, me encanta tus relatos y lindos despertares Karyna mi imaginación voló e imaginé todos esos lugares lindos donde has estado

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados

×