Pongamos en contexto el tema, que en el gobierno de Noboa tiene un reto especial si quiere cambios estructurales, porque simplemente, en el gobierno transitorio de 18 meses ha estado gobernando con el enemigo, porque no tuvo cuadros calificados.
Descorreizar, según mi opinión, significa:
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Eliminar 259 mil partidas presupuestarias de la burocracia inservible. Ese chiste cuesta aproximadamente 155 millones de dólares por indemnizaciones… irán sumando.
Les pregunto: ¿con quién podrían reemplazar a esa burocracia si en ADN no hay cuadros calificados?
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Desafiliar a 4 millones trescientos mil correístas, borreguistas e ideológicos. Les costará muchas demandas ante la Corte Constitucional del pañuelo.
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La Asamblea Constituyente cuesta aproximadamente 250 millones de dólares, y elaborar la nueva Constitución demora mínimo 1 año y 3 meses. Ese referéndum cuesta otros 70 millones de dólares aproximadamente. Sumen… ¡paisanos!
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¿Ya tienen a los supuestos juristas y constitucionalistas sin filiación política para que elaboren la nueva Constitución?
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¿Qué harán los 151 nuevos asambleístas iluminados mientras se cocina la nueva Asamblea Constituyente y Constitución, con un nuevo sastre y maniquí diferente al de Montecristi?
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Vienen nuevas elecciones de autoridades seccionales, y eso cuesta mínimo 100 millones de dólares con nuevas elecciones y votaciones.
Mis guámbitos, en esas condiciones, la Asamblea Constituyente no le sirve a Noboa.
¿De dónde van a sacar tanta plata… si estamos en recesión económica con un 2 % de contracción del Producto Interno Bruto (PIB) y la Caja Fiscal chira?
Los chulqueros internacionales ponen condiciones leoninas para soltar más préstamos. ¿Ya sumaron?
En conclusión:
Solo nos quedan dos decisiones antes de cerrar el telón o la tienda: aguantar como machos alfa el desempleo, la inseguridad ciudadana, la inseguridad social, marchas de la discordia, la eliminación de los subsidios a los combustibles y algunas privatizaciones de los sectores estratégicos de nuestra economía, como el petróleo, la electricidad, la minería, la privatización del sistema de pensiones o el recorte de prestaciones —como, por ejemplo, los décimos y la jubilación patronal—, sin contar que pretenderán subir las aportaciones y la edad de jubilación. Todo es cuestión de compra o venta de votos.
Las soluciones, a mi juicio, son dos:
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La esperanza de que le vaya bien a Noboa en su gira por Europa y Asia buscando Inversión Extranjera Directa (IED).
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Una reforma profunda pero parcial a la Constitución.
¿Ya sumaron los gastos innecesarios?… ¡Noveleros!