Hermosa palabra que siempre está en nuestro pensamiento, siempre lista para brotar de nuestros labios. Palabra maravillosa, que llena de realización al ser humano cuando la pronuncia.
Siempre quisiéramos repetirla y sentir que, al decirla, su silueta se dibuja en cualquier lugar en que nos encontremos.
Este ser llamado madre, a quien soñamos cuando no está a nuestro lado, comienza su enseñanza desde el momento en que nos trae al mundo.
No necesitamos profesores ni personas especiales: ella es la única que está preparada para guiarnos, desde nuestra llegada a su regazo, por el mejor camino.
Madre, palabra mágica. Esa mujer que no siente frío ni calor, ni miedo, cuando se trata de proteger a su hijo. Sean grandes o pequeños, a ella no le importa: se lanza en su defensa y no se detiene ante nada ni nadie.
Para la madre, su hijo es más valioso que el diamante más fino, y siente que debe cuidarlo con su vida. Una madre da todo por su hijo y no permitirá jamás que algo le suceda.
Cuando los hijos crecen y desean partir del hogar en busca de un mejor futuro, las madres jamás se oponen. Los dejan ir, para que puedan realizar sus sueños, aunque su corazón sangre hasta el último día de su existencia.
Voy a hablarles un poquito de dónde proviene esa palabra maravillosa y de la gran labor que implica ser madre.
Madre es una palabra que proviene del latín mater, cuyo significado es «matriz». También se llama madre a la mujer que ha concebido.
A la madre también se le dice “mamá”, palabra que se extendió por España y toda América Latina. Se volvió costumbre emplearla para referirse con ternura a ese ser que nos trajo al mundo.
Ser madre implica asumir una responsabilidad muy grande. No es solo acariciar al niño y sentirse feliz. Hay que pensar en que ese ser tiene muchas necesidades y no puede valerse por sí mismo.
¿Quién debe entonces hacerse cargo? La madre. Por lo tanto, traer un hijo al mundo es aceptar una responsabilidad tan grande como la vida misma.
Ser madre implica cuidar todas sus necesidades y bienestar. Es una tarea que requiere mucha tenacidad, paciencia y amor.
La palabra madre significa amor, sacrificio, bienestar… todas las mejores cosas que puedan existir. En lo espiritual, representa el amor incondicional, la protección y la guía que ese ser pequeño necesita. Es la conexión con la divinidad, a quien se le ruega por su cuidado constante.
La palabra madre transforma completamente la vida de una mujer, incluso su forma de pensar.
A un hijo, incluso cuando está en el vientre, la madre le entrega su vida. Desde que nace, ese niño ya le pertenece.
Madre: palabra que llena el espíritu de amor. Felices los hijos que aún la tienen a su lado y pueden escuchar sus palabras y consejos llenos de ternura.
Agradezcan a Dios quienes todavía pueden pronunciar su nombre y disfrutar de su presencia.
Respétenla. Denle el amor que merece. No la abandonen. Cuídenla.
Protéjanla como ella lo hizo cuando eran niños, y también cuando crecieron.
Recuerden que una madre da la vida por sus hijos. Incluso después de muerta, sigue protegiéndolos.
Le doy gracias a Dios por la madre que tengo a la que amo y admiro.
Hermoso escrito.
Hermoso, la bendición más grande.