21 mayo, 2025

Raúl Ramírez: Un eterno legado

Un hombre sin protocolos, un alma libre que donde fuera y pisará, era Raúl Ramírez.

Vivió a su manera, amó sin medida, ayudó tanto a los suyos como a quienes apenas conocía. Cada acto que hacía era un acto de amor. Amó su patria profundamente, y en su tierra dio su último suspiro. Raúl Ramírez no le temía a nadie; luchó siempre por sus ideales, orgulloso de decir que era político, pues su nombre jamás se manchó. Como su hija mayor, siento que mi alma se rompió; mi padre se llevó un pedazo inmenso de mí. Fue un hombre valiente, que cumplió sus sueños y sembró esperanzas donde iba. Papito, ahora estás en el cielo, cuidándonos desde el balcón divino, guiando nuestro caminar. Gracias por tu legado, por tu historia que no morirá, y vivirá en quienes te amamos, por los siglos de los siglos.

Camila Ramírez Quevedo. 

 

“Raúl Ramírez Orellana” Un nombre que impacta, un nombre que deja una huella. 

El ex diputado Raúl Ramírez no sólo fue un excelente político que dedicó su vida a servirle al país, sino también, era de aquellas personas que amaba apoyar a los demás sin esperar nada a cambio; un hombre conocedor de todo, a quien sí tenías alguna duda, la única que no lo era se trataba de la opción de preguntarle. Un abogado justo, un ciudadano honorable, un padre implacable que lo demostró con sus llamados de atención que en su momento creímos injustos, pero gracias a ellos, orgullosamente enfatizo mi apellido. 

Amado padre: me enseñaste muchas cosas: hablar, caminar, rezar, luchar, trabajar por los demás, labrar mi propio camino e incluso con tu partida, me enseñaste algo de primera mano: el dolor.

Gracias por enseñarme a volar alto, en lugar de conformarme con simplemente caminar. Gracias por los valores, las enseñanzas, las oportunidades y tu cálida compañía. Gracias por permitir que tu talento en la poesía y escritura ahora corra por mis venas, pues cada palabra, cada verso que brille como la estrella que eres en mi vida, te permitirá vivir eternamente. 

Gracias por ser una ejemplo de inclaudicable lucha, el observador número uno de mis proyectos, mi primer amor, mi padre y mi todo. 

Sí, siento que me muero porque he trabajado arduamente como me has enseñado, tanto, para que no aplaudas mis logros de cerca; no obstante, inclusive en la vida eterna, eres de aquellas personas que vive no sólo en los corazones de quienes te admiran y se ponían de pie para aplaudirte, sino también, tengo el privilegio de decir a viva voz:

¡TE HONRO PORQUE TU SANGRE CORRE POR MIS VENAS!

Ahora perdí a mi padre teniendo 16 años, pero honestamente, ni siquiera en mi último suspiro habría sido capaz de tolerar la pérdida de una persona tan valiosa como él. 

Gracias a él, descubrí que amo mantener la esperanza y luchar por el cambio a través de las palabras.

El legado eterno de Raúl Ramírez, se encuentra en Camila y María de los Ángeles Ramírez. Sí, aquel ahora tan ilustre político, activista ProVida, articulista y padre, yace en un ataúd, pero su alma y espíritu, se encuentran grabados de manera indeleble en cada palabra de sus artículos y acciones. 

Solo tú lo entenderás, pero “Mis cerebros, mis ojos y mi corazón están contigo. Te amo más allá del hoyo negro, papi”  

María de los Ángeles Ramírez Quevedo. 

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