Su política contra los migrantes ilegales ha tenido éxito. Ya empezaron las deportaciones masivas de inmigrantes ilegales, en aviones de la Fuerza Aérea, a sus países de destino. Logró un acuerdo con el presidente Bukele para mantener en sus cárceles a miles de migrantes ilegales. Pero quiere ir más allá. Quiere mandar a las prisiones de Guantánamo, en Cuba, a unos tres mil de ellos.
Años atrás, en esa cárcel guardaron prisión unos terroristas iraquíes. Sufrieron maltratos, hambre y abusos sexuales. Las organizaciones de derechos humanos protestaron y fueron juzgados como terroristas, sin fórmula de juicio, y llevados a cumplir sus penas en prisiones de los EE. UU.
También ha tenido éxito con sus conversaciones con la presidenta de México. La misma que ha enviado miles de hombres del Ejército mexicano a la frontera norte para evitar los ingresos ilegales y la introducción del «ventanillo», que está intoxicando a la juventud americana.
En otras acciones se ha equivocado completamente, como pretender anexar Groenlandia a los EE. UU., por el sólo hecho de tener ahí una base militar. Ese continente de hielo le pertenece a Dinamarca.
Otra mala decisión es pretender convertir a Canadá en un nuevo estado de los EE. UU. Canadá es un país libre que perteneció a la Commonwealth británica y mantiene excelentes relaciones con Inglaterra.
También pretende retomar la propiedad de los dos canales panameños que construyó en los siglos XIX y XX. Que oficialmente el presidente Carter (+) se los entregó al pueblo panameño.
Alega el señor Trump razones de influencia china en el manejo del canal.
Innecesariamente se está abriendo frentes inconvenientes con países tradicionalmente amigos de los Estados Unidos.
Se salió de la OMS y del Tratado de Medio Ambiente firmado en el gobierno del presidente Biden. También ha puesto en jaque a la Unión Europea con relación a su política externa permisiva con Rusia y quiere intervenir en la paz de Rusia-Ucrania, pero a costa de los intereses de Ucrania, según algunos entendidos en el tema.
El presidente Trump tendrá que bajar la guardia de sus pretensiones internacionales y buscar un sendero de paz para el mundo.