16 enero, 2025

Terminología propia de ciertas actividades

Pregunté por la chica que me estaba ayudando en la compra de ciertos alimentos y me contestó otra: «Está perchando». Recurrí al DRAE, percha: «Pieza o mueble de madera o de metal con colgaderos en que se pone ropa, sombreros u otros objetos»; percha: «Colgar el paño y sacar el pelo con la carda» (no aplica). Tampoco es verbo.

Los banqueros utilizan el término «aperturar» cuando tratan de abrir una cuenta corriente o de ahorros. Los economistas hablan de «ajustar» el balance, para lograr la igualdad entre ingresos y egresos. Los ingenieros, cuando construyen un edificio, se refieren a él: «Estamos levantando un edificio». Los abogados, cuando apelamos una decisión judicial, decimos: «Elevo un recurso ante el superior». En Argentina, «coger» es mala palabra, al igual que «cola» en Chile.

Así, por el estilo, todas las ciencias y las actividades humanas tienen unos términos muy propios de su actividad o profesión, que se incorporan con los años al español. Estos son los idiomas vivos.

Los españoles utilizan una gran cantidad de palabras que los latinoamericanos no tenemos idea de lo que significan. A duras penas entendemos «vale» (de acuerdo), «chaval» (niño), y otras pocas palabras que sí entendemos.

También, en el español utilizamos ciertos anglicismos, como: «OK», «bye», «happy», etc. Los suizo-italianos utilizan «chao» para saludarte.

Con seguridad, hay más terminología que podría indicar, pero no quiero abundar.

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