La encarnizada disputa por el poder en Ecuador arrasa con las pocas luces democráticas e institucionales. La vicepresidenta de la República retorna al país dispuesta a dar pelea; el gobierno elimina a Jan Topic de la carrera presidencial y apunta al corazón manchado de sus negocios. La Corte Nacional de Justicia sigue siendo rehén de los poderes fácticos, con los famosos chats de Fernando Villavicencio; la nueva estructura criminal de Wilmer Terán, ex presidente del Consejo de la Judicatura, que supera a la estructura de Correa. Mientras tanto, los GDO (Grupos de Delincuencia Organizada) que se encuentran en los Centros de Privación de Libertad (CDP) del país contratan con el Estado y la minería ilegal se convierte en legal a pasos agigantados.
Pero lo más mediático son las incoherencias de las autoridades oficiales en la comunicación de la crisis energética, que ahora está vinculada al proceso electoral y se juega con las fechas de los apagones para diciembre y año nuevo, en un tema de lógica y sentido común que debió enseñarse en escuelas y colegios para distinguir lo básico de lo que constituye la energía y el agua que nos da luz y vida, y que tiene varias fuentes.
Después de haber observado en Europa el manejo y uso de energías limpias con la previsión del riesgo del cambio climático, el calentamiento global y un estiaje presente en décadas, en Ecuador, solo mirando los fenómenos de El Niño y La Niña, es para tildar a Ecuador de país medieval.
En fin, estamos en Ecuador y, a mi juicio, las fuentes de energía más importantes que engloban las crisis energéticas en el país son las siguientes:
- La energía hidroeléctrica, que viene con el tratamiento del agua, incluido San Pedro, y pasa a través de turbinas, embalses o llega a paso de tortuga con las barcazas, etc.
- La energía termoeléctrica, en base a combustión utilizando petróleo, gas, carbón, etc.
- La energía eólica, que proviene del impulso del viento.
- La energía solar, con paneles.
- La energía que producen las erupciones de los volcanes activos, muy útiles para el agua de riego de grandes extensiones de tierra de donde provienen los alimentos.
- La energía nuclear, que lastimosamente se utiliza con fines equivocados.
Otras cosas muy distintas son las formas o canales de distribución de la energía, que pueden provenir de barcazas o motores de vehículos que, de alguna forma, contaminan el ambiente.
En mi gira de observación a Europa, del 10 al 29 de octubre de 2024, entre otros temas, tuve la oportunidad de observar y buscar información sobre el sistema de la red vial de transporte público y movilización de millones de personas en España, Francia e Italia, que funciona a las mil maravillas con tranvías, metros y trenes sembrados por las carreteras de Europa y conectados a todos los centros turísticos y culturales, y en especial con servicios hasta las tres de la mañana en sectores rurales donde están ubicados la mayoría de los centros educativos para estudiantes y, en especial, en las factorías donde laboran los trabajadores migrantes latinos.
Y no es que en estos países no se genere desperdicio de energía, contaminación o efectos invernadero. No, todos de alguna forma contaminan el aire y se procede al calentamiento global y al cambio climático, que genera erupciones, huracanes, sismos, deshielos de los polos sur y norte, hundimientos de placas tectónicas o del suelo, como parte de los muelles de la ciudad de Venecia o con las inundaciones inusuales e inducidas del DANA en Valencia, España, que pudieron preverse. Tanto el presidente Sánchez, como el Ejército y el Comité de Emergencia, brillaron por su ausencia, y con cierto sesgo criticaban a los latinos por la contaminación del río Sena cuando se efectuaron los juegos olímpicos mundiales de personas con discapacidad. A mi juicio, una estupidez colectiva de la autoridad que abusa del poder, incluyendo a la monarquía y la influencia de la religión.
Esos conocimientos básicos sobre los conceptos de energía deben enseñarse y profundizarse en las escuelas y colegios, y no volver a la Ilíada o la Odisea, para que los jóvenes no nos estén preguntando día a día a qué hora cortan o encienden la luz, solo para utilizar su celular, el internet, el copypage, el fútbol, la farándula, la telenovela y las redes sociales relacionadas con la pornografía y la corrupción.
Me temo que, a este paso, con tanta incoherencia en la política comunicacional, Navidad y Año Nuevo los seguiremos pasando a la luz de las velas, con gigantescas pérdidas económicas que, en el plano humano, nos producen estrés, depresión y ansiedad.
Es difícil volver a creer en los ofrecimientos de la ministra Manzano y de nuestro presidente sobre la crisis energética y los cero apagones en diciembre de 2024. Me temo que la crisis energética está siendo vinculada al tema de las elecciones: luz a cambio de tu voto.
Ver además mi video en redes sociales El calentamiento global y el cambio climático.