Cuando el presidente D.N.A. declaró la guerra interna a la delincuencia organizada y al narcotráfico, se quedaron calladitos los bandos de la oposición al gobierno. Como que dijeron: «Esperemos que fracase para caerle encima y acusarlo de ineficaz». Las estadísticas informan lo contrario. El presidente D.N.A., en cierta forma, le está ganando la pelea a la delincuencia organizada y al narcotráfico. Pero la oposición está cerrada a la banda, está ciega y llena de odio.
La campaña electoral está por encima de los intereses del país.
Escuché por ahí que, de ganar las elecciones presidenciales, el representante del Partido Social Cristiano eliminará el IVA. Me pregunto: ¿De dónde obtendrán esos 5.000 millones aproximadamente que representa ese impuesto para el fisco ecuatoriano?
Ahora, todos los partidos de oposición «ya tienen la solución para eliminar la delincuencia». Al parecer, han encontrado la varita mágica para lograrlo. Así de fácil.
No se han pronunciado sobre otros aspectos de gran importancia para el país, y en materia internacional no se pronuncian sobre el tema Rusia-Ucrania ni sobre el tema Israel-Hamás-Hezbollah. Siguen calladitos.
Más les interesa discutir si la señora vicepresidenta es o no es vicepresidenta. Tema que está más claro que el agua. ¡Hace rato ya no es!
Otros vaticinan un empate técnico entre el presidente D.N.A. y la señora González, que representa la candidatura y las posturas del expresidente Correa. Están más perdidos que el hijo de Limberg. El presidente D.N.A. ganará las elecciones en la primera vuelta.
No lo duden, compatriotas. El triunfo de D.N.A. está a la vuelta de la esquina. No pierdan la fe, no se dejen engañar por los mismos de siempre, que «vamos por más». Por más de lo mismo y con más ganas de destruir a nuestro querido Ecuador.