19 enero, 2025

Muerte e inseguridad en 2 ruedas

En todo vamos camino a Madurozuela y Correazuela. Nadie controla a las temerarias motos que invaden las calles y carreteras del país: GADs, Policía y ANT. Los de la Policía Nacional y de tránsito de los municipios que deben controlarlos, en Venezuela llaman motorizados, irrespetan igual los límites de velocidad, rebasan en zigzag, por izquierda, derecha, en medio, veredas, plazas, parques, ciclovías, en contra vía, sin placas, se pasan semáforos, etc.

Con el cuidado y stress de mirar a los temibles artefactos por los retrovisores y delante del carro, su imprudencia pone en peligro sus vidas y la de otros, de ocurrir un accidente “la culpa es del automotor”. Los delivery-venezolanos-amenazantes son dueños de la vía. Delincuencia criminal y fallida norma de uno solo en moto. Debería haber un grupo grande especializado para el control de papeles, armas, placas, funcionamiento, etc.

En Venezuela son un peligro, miles de miles en las vías van rompiendo los retrovisores de los carros sin que se pueda reclamar y son grupos armados al servicio de los narco-dictadores. ¿Alguna solución para disminuir sus abusos y proliferación? ¿Licencia más estricta y cara, una persona por registro de moto, pico y placa estricto, sanción a su mal manejo, altas velocidades, etc.? Si no en pocos años lo lamentaremos. Sin control motonetas y scooters eléctricos, motos-carga, etc.

A estos conductores les importa poco sus vidas y menos las del resto: peatones, bicis y autos. Y ávidos de sacarle dinero a los ciudadanos, vuelven al control de velocidad de hace 14 años antitécnico en las “avenidas de 50 Km”, imposible de transitar hasta por la inseguridad que vive el país, se debería considerar un límite de velocidad de 65 o 70 Km.

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El poderoso átomo

Dentro de las trillones de trillones de galaxias en las que conceptualizamos la incomprensible dimensión del universo, los seres humanos somos una pequeña partícula cósmica que a pesar de su diminuto tamaño, tiene la vanidad de sentirse como que si fuera el ser supremo de todo lo existente.

Mientras Einstein y Hubble develaban con eficacia genial la estructura del cosmos a gran escala, otros científicos se esforzaban por entender algo más próximo, pero igualmente remoto a su manera: el diminuto y misterioso átomo.

Todas las cosas en el universo están compuestas por átomos. Están en todas partes y forman parte de todo; mira a tu alrededor. Todos son átomos y no solo están en los objetos sólidos como las paredes, las mesas y los edificios, sino también están presentes en el aire que hay entre ellos.

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