19 enero, 2025

Reseña histórica Ecuatoriana (III)

Nueve de Octubre de 1820.

Evocando a la historiadora Carmen Dueñas Santos de Anhalzer “La historia se convierte en objetiva cuando reconstruye el pasado mediante un conocimiento socialmente elaborado, y cesa de legitimar el pasado para justificar un presente”. Introducción de su obra “Marqueses, cacaoteros, y vecinos de Portoviejo”. (Cultura Política en la Presidencia de Quito). Datos de catalogación en la fuente: Biblioteca de la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador, pág.7.

Comedidamente agregaría al mismo: “un presente… para cimentar la Verdad Histórica que forja la identidad en la nacionalidad de los pueblos”.

En julio de 1803 la Corona dictó la cédula real acogiendo el Informe de la Comisión Militar Española de Puertos, otorgando a Lima jurisdicción militar, exclusivamente, sobre la Provincia de Guayaquil debido a los constantes ataques piratas y corsarios debido a que Quito o Bogotá acudieran en auxilio oportuno por las distancias; sin embargo, el virreinato peruano se excedió y aplicó a todos los asuntos de Guayaquil tornando más complicadas las actividades de la ciudad como lo refiere el historiador don Jaime Rodríguez Ordóñez en su obra “DE LA FIDELIDAD A LA REVOLUCIÓN: EL PROCESO DE INDEPENDENCIA DE LA ANTIGUA 1809-1820 PROVINCIA DE GUAYAQUIL: 

“La existencia de tres jurisdicciones y la superposición de autoridades les granjearon a los guayaquileños una oportunidad para conseguir su autonomía y su libertad de acción lo cual les ocasionaba cuantiosos gastos de tiempo y dinero  que, unido a la pésima administración española (corrupción, tráfico de influencias, controversias familiares) optaron por sí y ante sí darse la independencia encumbrándose a la Gloria Imperecedera Libertaria, Democracia, Representatividad, Libre Comercio y otras, liderado por el prócer José Joaquín de Olmedo junto al pueblo y firmantes del Acta de Independencia concretada en el Reglamento Provisorio del Gobierno de la Provincia Independiente de Guayaquil (8-noviembre-1820, considerada la segunda constitución ecuatoriana).  

 

CINCO DE LA MAÑANA DEL NUEVE DE OCTUBRE DE 1820:

Guayaquil Independiente, cuna de libertad, desde el balcón de su casa, José de Villamil acompañado del prócer León de Febres Cordero y del pueblo de Guayaquil que se dio cita en el lugar, observaron regocijados la Aurora Gloriosa de la Libertad.

Cuando cesó el feroz enfrentamiento que penosamente dejó víctimas, cuenta Villamil que Febres Cordero fue hacia él, se abrazaron y con lágrimas en los ojos, le dijo emocionado: “Mire Ud. al Sol del Sud de Colombia”.

 

LA AURORA GLORIOSA

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Finalizará con una propuesta de un proyecto de cambios radicales en la estructura nacional, dejando de lado el gobierno centralista que, en más de doscientos años, nos mantiene atados a un pasado que debemos cambiar.

La autora.

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