22 enero, 2025

El imperio de la droga

Pocas cosas en esta vida podrían obviar una argumentación económica sin perder su razón de ser o existir. No es el caso de las drogas, cuyo combate ha sorteado la demanda, priorizando siempre la oferta. Más allá del fundamento económico, la racionalidad apunta a que existiendo capos en la oferta debe también haber capos en la demanda. DEA: ¿nombres?

El intrínseco valor de mercado de esa droga está impactado no tanto por su producción, sino más bien por los costos extrapolados a su tránsito, propios del subdesarrollo, y en el poder adquisitivo de su mercado consumidor. La droga, siendo no todas iguales, soporta también su precio de mercado según su calidad. Imposible pensar que el negocio, desde la perspectiva de su demanda, pueda continuar siendo tan rentable sin una cadena de valor estrictamente dictada por fuerzas del mercado. El negocio es tan lucrativo que ninguna campaña de supresión del cultivo y/o interdicción de su comercio ha rendido resultados sustentables hasta ahora.

La venta, importación, exportación, fabricación y transporte de bebidas alcohólicas fue prohibida en los Estados Unidos hacia 1917, levantándose en 1933, luego del rotundo fracaso de las políticas para desterrar un consumo que solo aumentó mientras estuvo vigente. ¿Habrá llegado el momento que los Estados Unidos considere la liberalización del comercio de la droga para que junto con la Unión Europea rompan con el oligopolio de su tráfico, destruyan su cadena de valor y erradiquen el lavado de activos? Probablemente no … ¿por qué será?

 

 

  

 

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La historia de Eddy Dunchim…

Mi padre era un hombre muy tierno.Siendo un ser humano extremadamente cariñoso; era sumamente sensible. Nunca me retó y jamás me castigó físicamente. Era un ángel cuyo rostro estaba pegado a una sonrisa y me hacía saber que me quería en cada momento de mi vida. Me demostraba tanto cariño, que yo vivía convencido de ser su favorito, cosa que me imagino por su forma de ser, también le hacía sentir a mis hermanos.

Recuerdo que tenía como nueve años. Siendo mi papá un hombre novelero y entusiasta, llegó a la casa a las cuatro de la tarde para llevarme al cine. La función comenzaba a las seis y se llamaba el especial. Nos fuimos al teatro Olmedo para ver una película que se titulaba la historia de Eddy Dunchim. La misma era interpretada por Tyrone Power y Kim Novak.

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