10 octubre, 2024

El duende

Continuó con lo prometido. 

En el año 1949 ya la historia del duende y otro tipo de personajes habían desaparecido. 

Pero las abuelas de esa época nos seguían contando sobre dichos seres que todavía causaban pánico, cuando se escuchaba hablar de ellos, así este tipo de relatos continuaban de boca en boca. 

Sobre todo, en las noches tormentosas, cuando el viento soplaba y los árboles caían a la tierra a consecuencia de los rayos. La lluvia torrencial, los truenos, rayos y relámpagos. 

En esa época, contaba la abuela, que solían hacer reuniones en las casas de haciendas ya que las familias habitaban en sus propiedades. 

Una ocasión habían organizado una fiesta en casa de un hacendado para festejar la INDEPENDENCIA DE LA CIUDAD DE ESMERALDAS, por lo tanto, ese día era el CINCO DE AGOSTO. 

Estaban todas las casas engalanadas sobre todo donde se celebraba la fiesta. Contaba mamá Carmen que la gente invitada llegaba en carrozas súper arregladas, las damas vestidas a la moda de esa época, los hombres también con trajes dignos de esos momentos. 

Mamá Carmen estaba con su hermana Margarita, según mi bisabuela mi tía era una mujer hermosa, no tenía novio por lo tanto ella era una persona libre. 

Muchos hombres la admiraban, pero ella hacía caso omiso de los galanteos. 

Seguía hablando la mamá Carmen, que la fiesta se ponía cada vez más interesante había, invitados de otros lugares inclusive colombianos sobre todo de Tumaco. 

Como a las 12 pm se oyó el relinchar de un caballo y se bajó un hombre súper guapo y vestido de blanco con un sombrero grande que le quedaba abrumadoramente precioso. 

Todas las mujeres se quedaron maravilladas de ver a este señor, sobre todo las solteras, entre las que se encontraba Margarita  

Este señor entro en la sala y de repente se sintió un olor extraño, contaba mamá Carmen, pero a nadie le importó ya que nadie dijo nada. 

Un niño, que se encontraba en dicha casa, comienza a decirle a la mamá lo siguiente “mamá, mamá, ese hombre tiene cola “y la mamá le contesta: ándate a dormir lo que tienes es sueño; el niño insistía, pero nadie le hizo caso. 

Este señor guapo y elegante se prendo de Margarita y bailó con ella todo lo que duró la fiesta. 

Mamá Carmen preocupada por su hermana se le acercó y le dijo” Margarita ya está la carroza esperándonos, retiremos,” 

Margarita a regañadientes le dijo bueno hermana si usted lo desea vamos. En efecto salieron del baile y empezó otra vez a llover con mucha fuerza. 

Al fin llegó la carroza a la casa de la hacienda de mi mamá Carmen y Margarita corrió a su dormitorio abrió las ventanas y se puso a contemplar los rayos que caían. 

 Asomada a la ventana tomó en su mano el espejo de   nácar y con el cepillo de mango de plata en la otra comenzó a cepillarse su largo pelo negro. 

Siempre asomada a la ventana viendo caer los rayos, escuchando los truenos y relámpagos Margarita seguía cepillándose el cabello. 

De repente entra la hermana al cuarto y le increpa a Margarita y le dice “hermana cierra la ventana y no te mires en el espejo ya que eso atrae los rayos y puedes causar muchos problemas” 

Margarita se le rio y le contestó: “yo no creo en esas supersticiones”. Pero le hizo caso a la hermana mayor y cerró las ventanas. 

En ese momento se oyó un relinchar de un caballo que las dos hermanas se estremecieron, Mamá Carmen asustada llamó a mi bisabuelo y le contó lo que estaba ocurriendo y don Ramón cogió la escopeta que la tenía cerca y disparó. Y todo se tranquilizó. 

Siguieron pasando los días y los aguaceros torrenciales no paraban. La bisabuela seguía conversando, pero cada vez se ponía más triste. Nosotros preocupados le dijimos ya no cuente más déjelo para otro momento. 

No, dijo ella, hoy mismo termino está historia, que no es cuento, es verdad.” 

Siguió contándonos y nos decía que pasaron muchas semanas de lluvias torrenciales, muchas fincas y haciendas se inundaron, el agua corría mezclada con la tierra. 

El ganado se ahogaba, había casas que se derrumbaban, las caballerizas se perdieron y tuvimos que soltar los caballos, fue terrible. 

Al único que no parecía importarle nada era al hombre elegante de la fiesta que salía con su alazán negro a pasear. 

Hasta que un día Margarita comenzó a no comer, a vagar por la casa siempre cabizbaja y meditabunda.  Mi mama Carmen empezó a preocuparse mucho por su hermana ya que oía y veía al alazán negro cabalgar por la parte de afuera de la  hacienda, desesperada no sabía que hacer ni los disparos ahuyentaban al hombre del alazán Negro, pasaba noches enteras sin dormir y oía a Margarita que abría y cerraba las ventanas. 

Un día la encerró en el cuarto a Margarita, y ella le dijo “hermana esto no lo detendrá “hasta que un buen día Margarita desapareció. 

Jamás supieron de ella, encontraron las ventanas abiertas, lo único que faltaba era el espejo de nácar y el cepillo con mango de plata. 

Carmen desesperada la buscaba por todas las haciendas, los dueños de esas tierras le decían que esa noche pasó un caballo negro galopando muy fuerte, pero iba solo, pero parecía que la cabellera de una mujer volaba con el viento. 

Nos terminó diciendo la bisabuela que la buscaron a Margarita día y noche por meses y años, jamás la volvieron a ver. 

Pero si le llegaron a decir que ese hombre elegante era conocido como el DUENDE con dientes de oro y una cola muy larga y que no era la primera doncella que el raptaba ya se habían perdido muchas más y comenzaron a nombrar a otras jóvenes que el DUENDE se las había llevado 

Con la desaparición de Margarita las lluvias en el pueblo comenzaron a bajar su furia y las gentes que habitaban en las haciendas volvieron a su trabajo y a la normalidad. 

La bisabuela terminó diciendo nunca dejamos de buscar a Margarita, pero jamás se la encontró. 

Con este final triste nos levantamos de la alfombra de totora abrazamos a la bisabuela y nos fuimos a dormir. 

Margarita y otras señoritas desaparecían en las noches de tormenta. Se las llevaba el DUENDE, su figura era lo contrario al hombre guapo. Era un enano con dientes de oro y una cola larga y orejas puntiagudas. 

El próximo relato :EL JUDIO ERRANTE.


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