25 abril, 2024

Terrorismo y los derechos humanos 

“El terrorismo nace del odio, se basa en el desprecio de la vida del hombre y es un auténtico crimen contra la humanidad.”. Papa Juan Pablo II – 

Cada persona es el primer responsable de limitar y defender sus propios derechos humanos. Y de defender y respetar los derechos humanos de los demás.

Partiendo de esa premisa, si una persona mal utiliza sus derechos humanos, abusa de ellos, alguien va a tener que restringirlo. Ese alguien es el Estado o el resto de personas que se sienten afectados por el abuso de los derechos de esa persona que está invadiendo ya los derechos humanos de los demás. 

El artículo 1 de la declaración de los derechos humanos dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. 

Como no existe derecho sin deber, desde el primer artículo ya se asume el deber que tienen los seres humanos de “comportarse fraternalmente”. Los terroristas y delincuentes abusan en eso entre muchas otras cosas.

Por esto aunque el artículo 3 dice: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”, se observa que los presos no tienen derecho a la libertad y por eso están en la cárcel o en prisión domiciliaria.

Un ejemplo de esto lo vemos con los terroristas. Ellos abusan de sus derechos y dejan muy limitados los derechos de los demás. Alguien tiene que pararlos, aunque eso signifique violentar sus derechos humanos. Porque de no hacerlo, todo el resto del pueblo no puede gozar de sus derechos humanos.

No debemos sorprendernos ni atacar a quienes hacen la labor de sacrificar los derechos humanos de quienes abusan de los suyos para salvaguardar los derechos humanos de la mayoría.

Quienes hacen esta labor son verdaderos héroes que necesitan el apoyo de la sociedad en general. Y no deben prestarse grupos de personas a apoyar a los terroristas dificultando el trabajo de quienes están luchando contra ellos arriesgando sus propios derechos humanos inclusive.

Quien apoya a un terrorista es también un terrorista. No solo quien pone una bomba es un terrorista, sino todo el aparataje que les permite operar.

Lo mismo podemos decir de los delincuentes organizados, de los presos, que por su condición han perdido parte de sus derechos de ciudadanía, si irrespetan las reglas normales de una prisión – peor si tienen armas – quienes manejan, vigilan y controlan la prisión tienen que sacrificar los derechos humanos de estos presos para salvaguardar los del resto del pueblo.

Mientras esto no quede claro en la sociedad ecuatoriana, el país seguirá patas arriba y la pobreza y miseria en aumento.


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