24 abril, 2024

La responsabilidad social empresarial

Creer que la RSE es un programa más de los que el ser humano ha diseñado, diseña y seguirá diseñando, estamos equivocados.

La Revolución Industrial no solo trajo, indudablemente, beneficios, pero… también, perjuicios. Los primeros, facilitaron y engendraron el advenimiento de nuevos paradigmas, especialmente, en el área de negocios al fomentarse, por ejemplo, la explotación de los recursos humanos y a la Naturaleza, con el horizonte de alcanzar la mayor producción, dando como resultado, la globalización y con ella la internalización de los negocios.

Todo un proceso…Beneficios múltiples, transformó el sistema de vida de la Humanidad hasta ese entonces, en todos los campos podemos afirmarlo, las ciencias en sus más profundas teorías y doctrinas. Ahí estábamos hasta que otra transformación atisbaba el horizonte. Década 30-40, comienza a despertar la tecnología llevada hasta la ciencia nuclear, han dado frutos aterradores por su inmensidad de daños que puede causar. Con ella, la tecnología se profundiza y perfecciona hasta nuestros días, y seguirá…

¿Y, esto qué es? El resultado es el denominado “Sociedad del Conocimiento” en cuya prevalencia se encuentran las Tecnologías de la Información y Comunicación TIC’s. Sobre la misma hay infinitas definiciones, sin embargo, proyecto, modestamente, una:

“Siendo un estado de desarrollo social, tiene la capacidad de facilitar la obtención de toda clase de información, en tiempo real, como parte fundamental para el incremento de la creación e innovación de la misma en toda actividad humana, cuya herramienta principal son las TIC’c”.

¿Y, por qué me refiero a este tema? Porque el ser humano creyéndose dueño absoluto de los bienes naturales y con la mente puesta en la producción y ganancias, ha arrasado con éstos y, también, con el capital humano.

Confirmado científicamente los resultados nefastos de la agresividad en la explotación de los recursos ha alcanzando en ciertos territorios connotaciones de alarma social en ejemplos nefatos, Brasil, Pakistán, India y en la misma China. Como contrapartida surgen otras propuestas sociales de tratar de cambiar esa realidad.

Con visiones desde la Religión Católica, -la encíclica “Rerum Novarum” de 1891, sobre la denuncia de las condiciones de trabajo de la clase obrera e impulsó a los trabajadores a organizarse, hasta “La Caridad en la verdad” sobre el desarrollo humano integral, agregándose la “Un grito a Dios y al hombre posmoderno a que cuide, proteja y haga un buen uso de los recursos de la madre Tierra” del Papa Francisco de mayo de 2015, denominada Laudato sí.

O, pensamientos científicos, políticos como el Pacto Global, Agenda 21, hoy Agenda 30, los Objetivos de Desarrollo del Milenio; o, mediante la visión empresarial con el Programa 20-50 referente al futuro, fijando metas con prospectiva de sostenibilidad, especialmente, en las transacciones comerciales, con políticas y acciones necesarias para prevenir la mayor pérdida de la biodiversidad con el objetivo de vivir en armonía con la Naturaleza asegurando la vida generacional presente y futura.

En esta línea, también, se encuentra el Comercio Justo considerando la relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores, cuyos objetivos se alcanzan con la práctica de varios principios destacándose el no subsidio y ayudas asistenciales, rechazo a la explotación infantil, respeto a los derechos humanos valorándose la calidad de la producción, respeto al Ambiente, eliminación de los intermediarios que conlleven a la libertad comercial en igualdad de condiciones en todos los aspectos: materia prima, tecnología, etc., evitando, en todo momento, la discriminación y proteccionismo.

Ecuador ya lo tiene en la Constitución, artículo 336 y siguientes. Han pasado cerca de catorce años y seguimos como cuando empezamos. ¿Por qué? Una constitución no puede ser impuesta por pensamientos extranjerizantes desconocidos por nuestra idiosincrasia, se vuelve papel escrito sin acatamiento.

Finalmente, surge la responsabilidad social empresarial, llamada así en toda América y Corporativa en Europa, cuyos fundamentos filosóficos se derivan de cuatro enfoques primordiales:

1)Laboral;
2) Ambiental;
3) Entorno social o vinculación con la comunidad; y,
4) Hacia los accionistas.

Luego, se agregaron los asuntos anti-corrupción tomando en cuenta que, tanto la involución ética y económica se van al traste cuando está presente en las acciones gubernamentales o particulares, ahuyentando toda posibilidad de Justicia, Paz Social y Desarrollo Económico y pretendiendo mediante la norma ISO-26000 del año 2010 evitarlas o, por lo menos, disminuirlas.

Desgraciadamente, los ecuatorianos estamos cosechando lo que toda una década degenerada se sembró por gente sin principios éticos ni comportamiento moral, dado que en la constitución existen varias disposiciones constitucionales directas como son los artículos 66 #15 y 83 #6º y 7º. En cuanto a las transversales o indirectas son cerca de 20.

En lo orgánico o legal (normas de rango inferior a la Constitución), están presentes en el Código Orgánico de la Producción. En lo reglamentario, especialmente, en el ámbito de la Superintendencia de Bancos y Seguros, mediante resolución JB 2011-2073, publicada en el Suplemento del R.O. 620 de 17-enero-2012, disponiendo al sector bancario incluyan en sus estatutos constitutivos, los Principios de un Buen Gobierno Corporativo referente a: 1) políticas internas; y, 2) estructura organizacional.

Como podemos observar, se ha empezado este nuevo proceso inverso, tal vez, pero, respetando los ciclos de regeneración de la Naturaleza, sopesando más al capital humano en las labores empresariales, para lo cual, nuestros ejecutivos deben comprender esta hora de transformaciones, debiendo el Estado a través del Gobierno, involucrarse mediante programas voluntarios pero calificables hacia el buen cumplimiento y destacando a aquellos por la práctica del comercio justo o los lineamientos de responsabilidad social empresarial; a pensar que una empresa se debe a su entorno social, esto es, la comunidad, clientes y proveedores, siendo el fin y medio para su progreso; que actos de corrupción, momentáneamente, tendrá su efecto económico pero la Ética cobra esta deuda tarde o temprano; y, por sobre todo, tenemos un solo Planeta que hay que cuidar no solo por y para nosotros, sino para las generaciones futuras.

¿Lo lograremos? Posiblemente sí, caso contrario tendremos u originaríamos necesidades, caos… y la muerte.

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1 comentario

  1. brillante análisis el de Regina Zambrano. Ha puesto el dedo en la llaga. Se empieza con la concientización del mal para curarlo o erradicarlo. Norma Plaza de García

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