25 abril, 2024

El Ecuador y su inconstitucional Carta Magna

La Constitución (2008) se erigió por el dominio popular de Correa y su cooptación de todos los poderes del Estado. Esa Carta Magna, manoseada in extremis fuera de todo protocolo, contiene un sinnúmero de candados mal llamados constitucionales que inviabilizan su sometimiento sumarial. Así, constitucionalmente se requiere que lo inconstitucionalmente establecido sea abatido por vías estrictamente constitucionales. ¡Absurdo! La legítima argumentación jurídica no contradice la invalidez de un documento inconstitucionalmente concebido e írritamente consagrado. ¿Puede una consulta entonces legitimar una inconstitucionalidad? En el Ecuador la factibilidad política aventaja sistémicamente la juridicidad procesal.

Lasso solo tuvo una pequeña ventana de pocos meses luego de su posesión presidencial para gestionar con probable éxito electoral una consulta para terminar con la Constitución vigente, convocando a una Asamblea Constituyente con la premisa de redactar una nueva Carta Magna y eligiendo a legisladores constituyentes del peso y calibre requeridos por la naciente institucionalidad de una nueva república. Durante lo que quede del actual régimen no existe más la coyuntura política para dicha Constituyente. Ante la presunción de victoria de los correístas en el 2025 el país renuncia desde ya a una inédita Carta Magna que establezca los cimientos de esa esquiva institucionalidad. El país, por tanto, ingresa en una espiral de hechos consumados de la que no podrá salir, salvo por procedimientos supra constitucionales.

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Corrupción: golpe mortal

En estos momentos de renovación y de reinstitucionalización del sistema universitario es más importante que nunca encausar la esencia propia de la experiencia universitaria: enseñar a razonar con rigor y a obrar con integridad tanto en la experiencia estudiantil como luego en la carrera profesional y en el ejercicio ciudadano a sus educandos.

Gran parte de la culpa de nuestra profunda crisis de valores, indiscutiblemente se posa en la columna vertebral de nuestras instituciones universitarias. Son estas instituciones, quienes han propiciado un golpe mortal al futuro desempeño ético de sus laureados estudiantes, condenando a una grave crisis sin límites a la institucionalidad del país.

Nuestra vergonzosa crisis, se alimenta y fortalece en los programas y pensum académicos de cada una de las carreras profesionales que nuestras instituciones universitarias ofrecen a miles de jóvenes inexpertos y ávidos de pavimentarse un camino seguro al éxito económico. Es ese el fin que corrompe la misión universitaria. Ese mensaje de éxito a cualquier precio, donde ya no logramos diferenciar el verdadero significado de virtud con el de estupidez y de éxito con mal habido poder y consecuente estatus.

3 comentarios

  1. Concuerdo,, en lo de fondo, con el autor. Observo: la coptacion sistemática y sucesiva de todas las Funciones o Poderes del Esrado, así como los remiendos y añadidos cancerosos como lo del tal CCPES o algo así, la tal “metida de mano a la Justucia”, declarada y descarada maniobra seudo jurídica, son en su origen hechos bárbaros a la fuerza bruta, incluyendo la expulsión a palos del Consejo Nacional Electoral o la vergonzoso imposición de los “diputados de los manteles, son hechos que se deben deshacer como se hicieron y mejor cortando ese nudo con una peculiar “espada de Damocles”, del modo más rápido y completo “a la ecuatoriana”: con decisión, sabiduría y fuerza necesarias

  2. La ONU debería redactar una «constitución» modelo para todos los países que quieran pertenecer a ella, que permita una «buena gobernanza».

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