20 abril, 2024

Los sombreros de paja toquilla

También llamados “SOMBREROS DE PANAMÁ”, Los panameños se encargaron de comercializarlos, en la época en la que los norteamericanos, administraban el Canal, toda vez que lo construyeron., Es un sistema de canales menores, como piscinas gigantes, que van elevando el nivel de las aguas, hasta conectarlas con el Océano Atlántico, cuyo nivel de aguas es mayor que el del Océano Pacífico. De esta manera lograron conectar el Pacífico con el Atlántico y facilitar el comercio entre EE.UU. y Sud América y posteriormente con Europa y Asia. Una obra mestra de la ingenieria marítima, que constituye otra de las “Maravillas” del Mundo moderno.

Los sombreros de Paja Toquilla, son originarios de Montecristi, Provincia de Manabí, del Ecuador. En esta población se da el tipo de paja para su elaboración. Es una paja poco común, que requiere de un trabajo muy paciencioso, que se realiza a mano, desde las 12h00 pm, hasta antes de la “salida” del sol..

Ya elaborados se enviaban a Panama (City) y en ese país se comercializaban..

Alguna oportunidad visite Bahía de Caráquez y de regreso a Guayaquil, pasamos por Montecristi y adquirí un sombrero de aquellos. Su textura, permite enrollarlos, sin que se arruguen, los vendían dentro de unas cajitas de balsa, muy bien elaboradas. Su costo, era de $ 40.oo, cuando aún estábamos en sucres. No soy persona al que le queda bien el sombrero, pese a que mi padre y sus hermanos, lo usaban permanentemente, para cubrirse la calva, era la época de los ternos de lino u oscuros y de los tirantes, para los muy mayores Se lo regalé a un colega de Bahía, que me agradeció mucho este gesto..

No hay mejor regalo de un ecuatoriano, cuando viaja al exterior, que llevarle a un amigo extrangero, un sombrero de Paja Toquilla, lo aprecian muchísimo.

Recuerdo en alguna ocasión haber escuchado la historia de un norteamericano, que adquirio un sombrero, en alguna comuna de Montecristi, a un artesano de aquel lugar. Al segundo viaje le compró tres, para regalarle a sus congéneres americanos, al tercer viaje a dicha comuna, le indicó al artesano: “desde ahora trabajarás solo para mí, te comprare unos 100 o más, los que alcances a fabricar con tus manos y con tus colegas”. Por supuesto, se trataba de una especie de sociedad informal y los artesanos vieron multiplicar sus ganancias. Entiendo que un artesano lo elabora entre 8 a 15 días, dependiendo del tamaño y de otras características

Cuando era apenas un chico, los guayaquileños usaban sombrero, de esos de ala y duros, algunos muy elegantes.Recuerdo que habían establecimientos comerciales en la Av. 9 de Octubre, al llegar al Malecón, donde había varios establecimientos. Recuerdo el nombre de uno de ellos “La Casa Barberán”, cuyo dueño era un señor del mismo nombre..

Sé de otro lugar de elaboración de estos sombreros de Paja Toquilla. Están ubicados en la Provincia de Santa Elena. Se ingresa, en la Y, a l altura de Montañita, mano derecha, tierra adentro: Es la “COMUNA DE BARCELONA”.. Es una tarea para los mayores, que conocen del oficio, que elaboraron anteriormente, sus padres o abuelos (ancestrales). La Paja especial, la obtienen en las estribaciones de la Cordillera CHONGÓN-COLONCHE. EL PROCESO INICIAL, LO LLAMAN “EL SECADO”, luego, otros artesanos, los terminan. Ya terminado, lo venden a las comunidades azuayas, que también tienen excelentes tejedores de sombreros, o a las poblaciones que quedan a lo largo de la vía a Salinas, cercanas a Santa Elena. También elaboran carteras de paja, para la playa, muy cómodas para las bañistas, lámparas, hamacas, petates, escobas, etc. Las hamacas más modernas son de tela dura y de colores.

Elaboran también objetos de Tagua, con figuras de todo tipo, llamado por su dureza: Marfil vegetal. La Tagua, se logra, de una especie de Palma, no tan alta, que produce una especie de cocos, como los que venden en los Supermercados, no tienen la estopa exterior y en sus interior, tiene una especie de comida, similar a los cocos tiernos, muy sabrosa. Este proceso, tiene un nombre difícil de recordar, que me lo indicaron mis amigas informantes. Se los haré llegar posteriormente

Las mujeres de la Provincia de Santa Elena, también son excelentes costureras y trabajan calladamente, al igual que excelentes artesanas y muy buenas para la preparación de comida de pescado y de mariscos ((corvina envuelta en papel aluminio y puesta al carbón, y los ceviches de camarón y de otros mariscos). Recomiendo, la PUERTA DEL SOL”, EN LIBERTADOR BOLIVAR., lugar muy cómodo, muy limpio, con parqueo, justo frente al mar. Se siente la brisa del mar y el maravilloso paisaje marino y a los lejos se divisan unas Islas que emergen al espacio y las mejores vistas, a la hora de la “Caída del Sol”. Áreas muy aptas para el turismo local y muy visitadas por guayaquileños y extranjeros

Deberían exportar tales sombreros, estos comuneros, como lo hicieron los otavaleños con sus ponchos y bufandas. Los otavaleños, los llevaron a USA y se establecieron justo en las afueras del edificio de las Naciones Unidas, también los exhiben y venden en la ciudad de Guayaquil, donde tienen un gran lugarde exhibición, junto a la J.B.G. y por supuesto en Manta, para el arribo de los gigantes buques de Turistas, proveniente de Miami.

El Gobierno nacional podría contribuir con tales comunidades, através de los Cónsules en el exterior para buscarles mercado y exonerarles los impuestos a la exportación.

Recordamos la frase de la campaña del Presidente Lasso: “Mas Ecuador en el mundo…”.

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En realidad somos quienes éramos…

Entre las ancestrales tribus africanas existe la creencia de que cuando un hombre está en una situación desesperada y sin solución, se debe convocar a los espíritus de sus antepasados para que lo ayuden.

La energía emanada de la sabiduría que sus predecesores engendraron, acudirá hasta quién los invoque para ayudarlos en lo que sea por grave que esto sea.

Cuando vivían nuestros antecesores generaron muchos sentimientos, pensamientos y acciones.

Gracias a ellos somos lo que somos.

Esa inconmensurable energía que desencadenaron, fue transmitida a sus descendientes y estos a sus descendientes y así sucesivamente, hasta llegar a nosotros para ser lo que somos.

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