10 octubre, 2024

MARIPOSA ROJA – hudié hongsé.

De la doctora Norma Plaza de García.

Argumento: “El personaje principal fue Julio Chaw (nombre ecuatoriano) o Hu Hong (nombre chino), nacido en el Ecuador. Llevado a vivir a China, porque el padre había ofrecido que el primer hijo que naciera se lo iba a dar a su exmujer estéril, Hu Akame, hija de un rico mandarín que vivía en China a fin de que la casa de Hu mantuviera su linaje e historia. Según su autora, la historia es verídica, el personaje vivió las atrocidades de la dominación japonesa; cuando Mao se apoderó de China en el 59, huyó a Hong Kong, donde se casó, volvió al Ecuador en busca de sus raíces y de aquí se fue a Nueva York, donde se hizo millonario y finalmente murió.  

La extensa e ilustrativa narrativa despierta el interés del lector con episodios que crean incertidumbres no solo por la exposición de asuntos personales sino porque están insertos hechos relacionados con la realidad histórica vivida por el pueblo chino, originadas por sus costumbres arcaicas de arraigo religioso tanto del confucionismo, budismo y otras.

Llama la atención la firme disciplina hacia sus convicciones religiosas especialmente de la doctrina de Confucio cuyos detalles en la muerte de la madre impuesta, no biológica, por mantener el prestigio y tradición de la casa de Hu, se volvían para un ciudadano de esa raza mandato obligatorio e ineludible como entregar a su propio hijo por cumplir una promesa a su excónyuge con la entrega de un “posible heredero” abstrayendo a un menor de edad de su madre biológica, de su entorno familiar y lugareño donde nació, la hacienda “Soledad”, de propiedad de su padre ubicada muy cerca de Babahoyo, provincia de Los Ríos. 

Para un chino “su palabra o promesa” era sagrada, sin pensar en los sufrimientos no solo espirituales sino físicos al no saber si podría llegar “vivo” al lugar de residencia su propio hijo biológico, considerando el viaje de Guayaquil hasta la China en barco, donde ocurren sinsabores que hubieran podido culminar en tragedia. Llegado, se le otorga la nueva identidad china.  

No pierde su visión realista o Hu Honf de los hechos narrados con reminiscencias antropológicas y prehistóricas, no exento de juicio político y filosófico como es el enfrentamiento de los dos líderes chinos: Mao Zedong de tendencia comunista; y, Chiang Kai-shek de línea conservadora y nacionalista.

Igualmente, nos interiorizamos sobre las consecuencias de la invasión japonesa al imperio chino, en donde los patas chuecas”, como llamaban los chinos a los japoneses, nos describe la crueldad sin límites y falta de total humanismo especialmente hacia las mujeres; la devastación que vivió el imperio por la hambruna, en cuyo capítulo nos relata hasta dónde puede llegar un ser humano hambriento: comer ratas, asesinar a un bebé para de ahí poder sacar las proteínas y poder resistir.

Traduce términos y frases en un idioma totalmente ignorado para los latinos, entre ellos, los ecuatorianos cuyo desconocimiento conllevaba, ejemplo, en mi entorno familiar, prohibición de casarse con orientales como ocurrió con la hermana de mi abuelo materno.

Compendiando su lectura, nos ilustra sobre una cultura tan poco conocida. Su autora para mayor veracidad, viajó a conocer los sitios geográficos mencionados entregándonos una narrativa, diría de realismo mágico, aunque verdadera. El desenlace final queda en ustedes hallarlo…, así mismo, lleno de suspensos, miedos hasta la llegada del triunfo. Verdadera lección de superación y de fe consigo mismo, digno de volverse referente.

Congratulaciones para su autora deseando nuevas publicaciones para enriquecimiento de nuestra Literatura.

Guayaquil a 15 de septiembre de 2022.



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