25 abril, 2024

Los ecuatorianos y la república de Ecuador

¿Estaban los ecuatorianos preparados para Ecuador ser república? Si bien Guayaquil estuvo expuesto a ideas vanguardistas de la época por ser puerto y recibir a europeos y estadounidenses, muy pocos guayaquileños, quiteños y de otras ciudades tuvieron la oportunidad de visitar o vivir en países prósperos. Hoy llegan noticias mundiales en tiempo real, viajar y residir en países prósperos nos abre los ojos; con mayor razón en época de la independencia. He identificado a pocos guayaquileños que vivieron en sociedades más avanzadas: Jacinto Bejarano, Vicente Rocafuerte, José Joaquín Olmedo, José Antepara, José Villamil, y Luis Fernando Vivero. La información que hay de este último apenas llena un par de párrafos en las biografías de Destruge. Fue jurista, nació en Pujilí, participó en la Independencia de Guayaquil, vivió en Francia después del 9 de octubre de 1820. Publicó el libro Lecciones de Política en París, 1827. ¿Qué lo llevó a Francia? ¿Por qué escribió su obra en ese país y no Ecuador? ¿Cuándo regresó a Guayaquil? ¿Cómo llegó su libro a Ecuador? En el diario guayaquileño La Prensa de 12-27-1873 hay una nota referente a la obra de Vivero, casi 50 años desde su publicación. Murió en Guayaquil, 1842. Se conoce muy poco de su vida.

Todos los que ingresan a la política deberían leer el libro de Vivero. Su sección Advertencia retrata al político de entonces, no difiere del actual, por lo que propone que las instituciones deben ser muy sólidas para frenar a los malos políticos: “excitados por sus pasiones, […] sedientos del poder, y abusando de él a proporción de los medios que para ello tienen: es necesario en fin, que por buenos que sean los depositarios de la fuerza pública, no se dependa de sus virtudes sino de las instituciones”. Vivero pone mucho énfasis en la importancia de las leyes y de educar al pueblo: “… lo único a que aspiro es a preparar reformas necesarias, las que no pueden ser útiles sino cuando se practican poco a poco, conforme a las buenas disposiciones que los pueblos fuesen manifestando por la ilustración que se les proporciona” Termina su advertencia definiendo lo que es una república: “Todo ciudadano es un elector, es o puede ser un magistrado, es o puede ser un legislador, por esto, como la legislación debe comprender no solo todo lo concerniente a las acciones y a Ios derechos, sino también todos los principios de economía, de defensa, de moral y de policía, se deja entender que ningún conocimiento de este género debe ser extraño a los ciudadanos. En una palabra, las ideas, los pensamientos, todas las acciones de un republicano deben referirse a la cosa pública”. Vivero pone enorme énfasis a la ilustración ciudadana, para él, sin ella, no puede haber república.

Otro factor a considerar, en Ecuador no existía conocimiento práctico de cómo gobernar. En las colonias inglesas hubo tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial; cuando en las españolas apenas la ejecutiva: gobernación; en Guayaquil se creó a mediados del siglo XVIII más de 200 años de establecerse nuestra ciudad. En otras palabras, los próceres y líderes conocían algo de teoría, pero nada de práctica. En cambio cuando EE.UU. logró la independencia, sus próceres tenían años de ocupar cargos en los tres poderes. Los ecuatorianos se iniciaron con gran desventaja. Sabían lo que debían hacer en términos generales, se halla en sus escritos y discursos, querían emular a EE UU, no a Francia o Bretaña cuyos líderes políticos estaban intrigados con el nuevo sistema de gobierno de EE.UU. basado en democracia al extremo de enviar observadores a iinvestigar. Seguirá.

 

 

 

    



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Naturalmente con los que correspondan a su fe o ideología o filosofía social, como quiera llamarse a la fuente de su pensamiento y acción. Pero, en todo caso, debe ser prioritario aquel principio de Mahatma Gandhi: “En asuntos de conciencia, no es aplicable la ley de la mayoría”.

Sería muy largo citar los principios de las diferentes doctrinas sociales para que sirvan como guía para evaluar si hay o no coherencia en la gestión de un determinado gobierno. Pero, como en el Ecuador vivimos una situación en que comienza a discutirse acerca de si el proyecto de constitución y los mensajes del gobierno son o no de acuerdo a los principios de la Iglesia Católica, vale la pena citar, aunque sea, algunos pocos principios esenciales de su Doctrina Social aplicables a nuestra circunstancia.

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