28 marzo, 2024

La evasión fiscal

Preguntamos: ¿Es necesario perseguir y multar para cobrar tributos? ¿Se debe clausurar el negocio de quienes omitieron el cumplimiento de alguna disposición? ¿Es conveniente ahogar al empresario con trámites, informes y compilado de formularios? ¿Acaso no crea preocupación la detectivesca labor de control?

Son éstas las deformaciones que ahuyentan el interés por invertir en el Ecuador; y al no haber inversión no hay empleo y de ahí todas las secuelas que trae aparejada la desocupación: pobreza, ignorancia, delincuencia…

Por otro lado, el Estado requiere cobrar puntualmente los tributos a los que tiene derecho para subsistir y brindar los servicios que son la razón de su existencia.

¿Cómo evitar la evasión fiscal? Simple: sustituyendo los impuestos que precisan controlar al contribuyente por otros que sean de cobro directo. Me explico: consideremos el IVA, su recaudación depende de que quien actúa como agente de retención cobre y deposite oportunamente lo que retuvo. Si no lo hace, el Estado se perjudica.

A su vez, el Estado tiene un complicado sistema de control y penalización por medio del cual presiona al agente de retención para que cumpla. Igual mecanismo funciona con el impuesto a la renta y al ICE.

Todas estas complejidades se evitarían, la evasión fiscal se reduciría a cero y el dinero proveniente de los tributos llegaría puntualmente a las arcas fiscales, si este tipo de tributos se reemplazara por otros que no necesiten controlar al contribuyente. Tomemos como ejemplo el impuesto a la circulación de capitales, o a la matriculación de vehículos o al consumo eléctrico, o al consumo telefónico etc.; se recaudan automáticamente y sin necesidad de verificar la contabilidad del contribuyente.

Además, la justicia distributiva se manifiesta de cuerpo entero. Quien maneja más dinero tributa más que quien circula menos; quien tiene un vehículo costoso paga más que el que posee un automóvil modesto o quien no tiene ninguno. Si consume 400 kwh, contribuirá con la décima parte de quien consume 4000 kwh, etc. Adicionalmente, se aumentaría en forma notoria la base de contribuyentes, lo que facilita cualquier ajuste presupuestario que requiera el Estado, al repartirlo proporcionalmente en un mayor número de ciudadanos.

Por último, al no tener que controlar a las personas naturales y jurídicas, se reduce el tamaño del Estado.

Por este camino, el del impuesto sin necesidad de fiscalización, el Estado cobraría sin falta y oportunamente el dinero al que tiene derecho. La evasión fiscal, quedaría eliminada.

Con este sistema se obtienen grandes ventajas para el contribuyente, pues se libera legalmente de los controles fiscales, establece el método contable que convenga a los intereses de su empresa y se libra del engorroso sistema de facturación, retenciones, declaraciones mensuales y demás secuelas. El ciudadano tendrá más tiempo para dedicarse a la labor productiva generadora de empleo sin preocuparse por la posible extorsión de funcionarios inmorales.

Por último, la simplificación del sistema tributario y la no injerencia estatal se convierten en un gran atractivo para la inversión, libre del riesgo de que una autoridad abuse de su posición.

Deseo terminar repitiendo lo que por esta misma página manifesté anteriormente: «Sabemos que se opondrán a este sistema los que medran al fiscalizar y controlan, los que usan el control tributario para tener poder político y los que nos quieren engañar con la muletilla de la cultura tributaria, cuando en realidad es el culto al tributo. Con -sólo impuestos directos- se recauda más y mejor, no hay evasión tributaria ni hay opción de amenazar al contribuyente. En resumen: mayor recaudación sin represión.”
«Para muchos resultará difícil asimilar esta propuesta, pues rompe los esquemas tradicionales; sin embargo, los invito a meditar un momento en la viabilidad de este planteamiento que sólo reportará beneficios al Estado y a los ciudadanos».

 

 

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Maya Vidal es una joven de 19 años que cuenta su historia. En este caso, me la contó a mí, y logró desencadenar una serie de emociones, vivencias y recuerdos de mi propia vida, que fueron apareciendo mientras Maya relataba su vivencia.

Lo que quiero decir, y para hacerlo en términos de una crítica literaria formal, es que el contexto de la autora, Isabel Allende, encajó por completo en el contexto del receptor, Karyna Arteaga. También quiero decir, que la función del lenguaje utilizado fue cabalmente cumplida, el personaje principal, Maya Vidal, me habló a mí, desde el principio y me atrapó de tal manera en su relato, que cuando debía dejar de leer, para dedicarme a otras actividades, esperaba con ansías poder reunirme otra vez con ella, para que me siga contando sobre su vida.

3 comentarios

  1. Mi estimado Dr. su artículo es interesante, pero sin mayor control, hoy la evasión es enorme, imaginemos si los quitamos, la evasión no es de hoy viene desde que el hombre vive en sociedad, lo que pasa que el ESTADO, no sabe como controlar. Por Ejm dar de baja todo esa montaña de regímenes, dejar uno solo, todos facturan, con una tasa impositiva de no mas del 20% para PN y PJ. Reformar el CT, en la parte del 15% de PT dejarlo en 5% y 10% como fondo de jubilación, pero no para dárselo al IESS, sino para constituir un fondo de pensiones administrado por una Institución que responda al Aportante.

  2. Al margen de los detalles del mecanismo para su implementación, creo que todo lo que signifique reducir al mínimo el «pasamanos» debe considerarse una buena idea……Bien, Roberto

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