18 abril, 2024

El 2022, un nuevo año para reflexionar… profundamente

En este preciso momento viene a mi memoria aquella lapidaria frase de Leonidas, aquel valeroso Rey Espartano, al emisario del Rey Persa Jerjes, en circunstancias en las cuales Jerjes le mandó a decir a Leonidas que depongan sus armas y dócilmente pasen a ser parte de su imperio Persa; y de no hacerlo, entonces sus millones de flechas lanzadas por su poderoso e invencible ejército, formarían una enorme sombra en el cielo y serán fácilmente vencidos; por lo que Leonidas le respondió:  “ENTONCES PELEAREMOS BAJO LA SOMBRA”

El enfoque de mi artículo, mas allá de desentrañar las reiterativas falencias de quienes han administrado y administran el país, así como debido a la profunda y latente corrupción institucionalizada, así como debido a la decadencia de valores y principios y la total vulneración de los derechos; propios y ajenos; y, en caso de no anteponer verdadero empeño por cambiar nuestra cultura; entonces y solo entonces, a pesar de tantos y cuantos juegos pirotécnicos hagamos explotar a las 12h00 de cada 31 de diciembre, estaremos condenados a pasarnos el resto de nuestras vidas en el vano empeño de continuar siendo simples y mediocres mortales, dedicados a vivir de meras y súper frágiles esperanzas de cambios en cada año venidero.

Claro está, desde hace aproximadamente 2 años, estamos siendo víctimas de una invasiva; y a ratos inentendible pandemia, misma que continua minando la economía mundial, de la cual no somos precisamente la excepción, pero creo que debemos entender la verdadera y afrentosa realidad inmersa en los espacios del poder central y de los poderes seccionales de nuestro país, a través de los cuales se continúa privilegiando descaradamente la corrupción. Sin dejar de criticar además la corrupción manifiesta en el poder legislativo, así como en el poder judicial.

Es decir, tal cual se escucha en el argot popular: “Estamos jodidos”, condenados a continuar así el resto de nuestra existencia, si frontalmente y radicalmente no optamos por tomar la única y exclusiva decisión de cambio; esto es, por tratar de ser mejores cada día, por anteponer el empeño de dejarles un buen legado a nuestros hijos y a nuestros nietos.

Somos, y lo digo sin temor a equivocarme, el único país en el planeta con tamaños recursos naturales, sin embargo seguimos estigmatizados por escoger vivir en la mediocridad y sumidos en una injusta pobreza. Duele decirlo; en lo personal, me duele en el alma decirlo, pero esa lamentablemente es nuestra actual y cruda realidad.

¿Que queda entonces por hacer? Sencillo, lograr cambios radicales y supremamente positivos, desde muchos niveles sociales y políticos, enseñarles a nuestros hijos a escoger el camino correcto, para que aprendan a no vivir miserias

Convertirnos en verdaderos “Leonidas”; es decir, aprender a pelear bajo las sombras

De mi parte, un sincero deseo de que cada Ecuatoriano logre un venturoso 2022, que éste sea de unión familiar, repleto de paz y amor, y no olvidar que la abundancia y la prosperidad, radica única y exclusivamente en nuestras decisiones. 

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