18 abril, 2024

Ley y justicia

Hay veces en que la ley y la justicia se contraponen, o al menos, parece, por la incompetencia de las personas que manejan (manipulan) la ley, ponen a la ley en contra de la justicia, y permiten los absurdos que vemos en varios casos, en que se deja sin sanción a los culpables.

Existen varios otros casos, en los que, el Poderoso Caballero (Don Dinero), retarda, enlentece, deja dormir juicios, y permite la huida o el sobreseimiento de los culpables.

“De todo hay en la viña del Señor”, dice un muy viejo y acertadísimo refrán. Desgraciadamente, la maldad humana, no tiene límite y peor aún, cuando la degeneración del individuo alcanza tales extremos, que sinceramente creo que esos límites de perversidad, no pueden ser alcanzados, a menos que el individuo que lo realice, esté en un trance psicótico por drogas del más alto calibre conocido, o tenga tal psicosis, que no debería permitírsele andar libre.

Me refiero al increíble caso de la pareja (el padre de los niños y la madrastra), a los que un muy comedido Juez, negó la encarcelación del padre y luego permitió la huida de los culpables, mientras el varoncito de seis años lleva debatiéndose tres semanas entre la vida y la muerte, en el Hospital Ycaza Bustamante, y la niñita de ocho años, también violada (prefiero no comentar más, ya que todo ha sido publicado por la prensa).

El motivo del artículo es que, por increíble que parezca, el fiscal (de cuyo nombre no quiero acordarme), procesó a la madrastra y no al padre, pidió medidas cautelares para la madre, pues supuestamente da de lactar a un hijo de ocho meses, y además dispuso que les devuelvan a sus cinco hijos, que estaban acogidos por la Unipen.

Lógicamente, como era de esperarse, los dos padres y los cinco hijos, de acuerdo con dato de prensa, han desaparecido. A lo mejor, aparecerán luego, torturando a algunos de los cinco, aunque dudo que la madre haga con sus hijos, lo que hizo con los hijastros. A lo mejor salen luego con otra historia pero, el Fiscal debería estar preso, y no soltarlo hasta que aparezcan los culpables.

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