29 marzo, 2024

¿Por qué nadie quiere enfrentar a la Contraloría?

Todo comenzó con Carlos Pólit al comando de la CGE1 sin haberse graduado legítimamente de bachiller y con títulos universitarios obviamente carentes de validez. Desde entonces todo lo firmado por Pólit como contralor sustentaba cuando menos una falta de idoneidad en personería jurídica. ¿Cuánto de lo actuado, más allá de todo aquello al margen de la jurisprudencia, y de lo aún no caducado por ley sería ilegal y por consiguiente sujeto de reversión en las diferentes instancias judiciales? Solo con una auditoría forense se podría conocer una respuesta con ribetes de millardos de dólares imputables al periodo Pólit y significativamente acrecentados y atribuíbles posteriormente a la administración Celi.

Si la política Riofrío no es concluyente sobre el estado del máximo ente de control, poco se podría favorablemente argumentar sobre la juridicidad de sus actos mientras mantenga en sus cargos a los mismos funcionarios que sirvieron tanto a Pólit como a Celi en el cometimiento de sus trapacías pseudoinstitucionales. La Contraloría, sin embargo, es solo un acápite del gran desastre jurídico que putrefactamente se manifiesta a lo largo y ancho de todo el andamiaje estatal.

La gravedad de la situación demanda una ley de punto final que sirva jurídicamente como bisectriz institucional entre el país que hemos sido en estos últimos 14 años y lo que constitucionalmente pretendemos ser a largo plazo. Una nueva Constitución debe constituirse en el referente jurídico de este nuevo mandato jurisprudencial. ¡Tema para la Consulta!

1 Contraloría General del Estado

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Entiendo el porqué del gran trastorno. Se trata de un bochorno diplomático. Poner en evidencia lo que en verdad de otros se piensa, ocasiona problemas especialmente en ese sofisticado mundo protocolario en el medio del cual se camuflan las guerras.

Los diplomáticos son soldados preparados para la guerra con pañuelos. Usan un leguaje dulcificado, con palabras duales y gestos educados. Toman cócteles, se mandan flores e intercambian conversaciones en medio de elegantes encuentros sociales.

Sus comentarios reales y los informes que mandan y reciben por parte de sus gobiernos, viajaban en inviolables valijas diplomáticas. Y así se ha manejado hasta que el mundo cambió completamente en razón de la informática, del satélite, de las computadoras. Esto motivó la idea de formar un buzón para colectar información reservada, y ponerla al servicio de la prensa libres.

La imagen del Hombre/Mujer Fuerte

La forma como se nos presenta la imagen de Juan el Bautista, con quien estamos reflexionando sobre la imagen auténtica del hombre y de la mujer que necesitamos en nuestra sociedad es una imagen fuerte. El que se atreve a pasar por el desierto, mal comer, mal vestir, vivir austeramente sin los lujos ni superficialidades con que hoy muchos nos llenamos como necesidades instantáneas; nos hacen pensar que su carácter, su imagen es lo de un hombre fuerte, duro, que sabe de desafíos, que enfrenta y supera problemas, que sabe decir las cosas, sea a quien sea, por algo Herodes lo mandó a decapitar. ¿De dónde le venía la fortaleza de su carácter? ¿La fidelidad a su misión?

Sin embargo, este hombre fuerte, rápidamente abatido, no es un super héroe al cual debemos imitar irracionalmente. El creyente interpreta las escrituras con la sabiduría del Espíritu y con la inteligencia de la fe. Sobre Juan el Bautista nos dejaron en labios de Jesús las palabras más halagadoras que se le escuchó al profeta de Nazaret: “de entre los nacidos de mujer, ninguno es mayor que Juan”. ¿Qué grandeza admira Jesús en Juan? Nos desconcierta, cuando el mismo Jesús nos advierte, “Sin embargo, el último del Reino de Dios es mayor que él”. En donde reside la fortaleza de Juan, quien bautizaba, predicaba, tenía muchos seguidores y era admirado por muchos hasta el punto de confundirlo con el Mesías, como lo atestigua el interrogatorio al que fue sometido el Bautista en Juan 1: 19. ¿Qué mismo vemos en Juan el Bautista? Nos interroga Jesús: ¿una caña sacudida por el viento? ¿un hombre elegantemente vestido? (Lc 7: 25). De la respuesta a estas preguntas dependerá la imagen que me haga del verdadero hombre y mujer fuerte en la Biblia. Veamos qué le pasa al helecho y al bambú, imágenes nada fuerte, en apariencia, pero que nos hablan de ella:

2 comentarios

  1. Es una locura creer que se requiere una nueva Constitución para un mal de individuos y laxitud del sistema. Basta con aplicar los mecanismos de selección, evaluación y control. Comenzando con la selección y evaluación de personal que, para el caso de puestos de trabajo del «jerárquico superior» o similares, podrían ser realizados por empresas especializadas sin presencia en el país. Hay que buscar soluci la fiebre y enfermedad, no a las sábanas.

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