24 abril, 2024

Analizando “Las Torres”.

Me pareció no conveniente el pedido del Señor presidente de la República, a la Fiscal Diana Salazar, en el sentido de precisar una denuncia insinuada por ella, en el marco de la Audiencia de revisión de las medidas Cautelares que solicitó el ex contralor Pablo Celi, uno de los 13 procesados por el delito de delincuencia organizada, dentro del caso denominado “Las Torres”.

Hay varias formas de presión. Incluso hay algunas que pueden estar dentro de lo legal, pero que pueden influir y mucho en los resultados. Si el país quiere conocer la realidad de los hechos y sancionar a los verdaderos culpables, por favor, permita el excelente trabajo de la Fiscal y evite las presiones sobre la justicia.

Señor presidente, revise a la o las personas que le pidieron que precise nombres, que a lo mejor encuentra dentro de su mismo grupo, a gente infiltrada que puede buscar su desestabilización.

La expresión de la Fiscal: “Mientras los procesados sigan en el poder, será muy difícil que la justicia haga su trabajo con celeridad y transparencia. Veo con preocupación cómo algunas personas continúan gozando del respaldo, de quienes les deben favores. ¡Impensable!”, es clara y concisa. En esos casos no se pueden dar nombres, porque hay mucha gente comprometida. Gente que ha recibido favores, y sin decir nada, pueden estar influyendo en las decisiones (y muchos de ellos, incluso, pueden ser “impensables”).

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p>Hay situaciones que nos asquean y en las que nos provoca vomitar. Son cosas inéditas que las permitimos por nuestro cobarde silencio y el miedo a las represalias. Es precisamente el terror que nos ha impuesto la maquinaria represiva del estado, lo que nos hace aparentemente tolerantes, aunque verdaderamente esa permisibilidad insana nos encubre como cómplices silenciosos de los que ostentan el poder a base de la fuerza resultante del totalitarismo disfrazado de una falsa democracia.

Hace pocos días acaban de inaugurar el mural de la fiscalía. En el mismo se pone junto a los dictadores sanguinarios al ex presidente de la república León Febres Cordero Rivadeneira. León Febres Cordero no necesita que nadie lo defienda; peor yo. La historia es su mejor defensora. No va a ser mejor o peor mandatario, porque un desconocido que destila su veneno amargo, lo pinte en un mural aupado por quienes hoy transitoriamente ostentan el poder. El muralista que hiso el trabajo y que es conocido en quién sabe dónde, pretende coger algo de notoriedad con la polémica que quiere causar.

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