(Lectura para adultos)
Los mayores, frente a la juventud, sólo podemos exigirles lo que hemos sembrado en ellos. EI ejemplo personal es más aleccionador  que nuestros libros y convence más que todo un sermón por enjundioso que sea.
Hace 30 y más años habÃa coherencia entre lo que se exigÃa a la juventud y lo que se les mostraba. Hoy les pedimos esfuerzo, trabajo y estudio, pero a través de los medios de comunicación les enseñamos lo contrario, confundiéndolos y creándoles un ambiente propicio a la irresponsabilidad.
Tengamos presente que la adolescencia es una edad difÃcil y la sociedad se la hace más difÃcil con su comportamiento absurdo.
¡Qué complicado es ser adolescente! EI joven que quiere superarse y la gran mayorÃa lo desea-, tiene que nadar contra la corriente que organizamos los adultos y que lo invita al placer y al facilismo. Por eso he dado por llamar heroica a esta edad.
Estas reflexiones trasladadas al plano de la educación cobra aspectos trágicos. Los Programas y Reglamentos de Educación en lugar de estimular el rendimiento y la capacitación personal, colocan al alumno en la disyuntiva de realizar un mÃnimo esfuerzo y exige metas fáciles y accesibles para mentes rudimentarias.Â
¿Qué puede esperar mañana el Ecuador de su juventud, si hoy sólo le ha pedido desarrollar un esfuerzo de inercia, un rendimiento mediocre apenas?.
EI asunto es más grave todavÃa, ya que el intelecto en formación no puede quedarse quieto ni satisfacerse con exiguas pedagogÃas. Su avidez de conocimiento lo impulsa a indagar en otros escaparates donde el sonido, la imagen y una sociedad de consumo deslumbra sus pupilas con fotos, escenas, y eventos de valores cuestionados.
Los padres de familia y las autoridades, debemos de concienciarnos de que la juventud, y por lo tanto el futuro de la Patria, se beneficiará enormemente si mancomunadamente exigimos que las redes sociales y los medios de comunicación, principalmente la televisión, no presenten como deseable el vicio, el placer ilÃcito, el despilfarro, la irresponsabilidad. Sino por el contrario, se les muestre la alegrÃa y privilegios que reportan el estudio, la virtud, el orden, el ahorro y la planificación.Â