29 marzo, 2024

La mujer que he amado…

Te ha de extrañar esta carta.

No la escribo por alguna razón determinada.

Tampoco es por algún acontecimiento trascendental.

Me encuentro en la mejor edad que he tenido.

Poseo la juventud que mentalmente necesito, junto a la experiencia de un hombre plenamente realizado.

Mi vida ha sido un juego maravilloso.

Siempre he sido amado;

Se me ha otorgado inesperados dones para lograr una subsistencia plena.

Lo que te escribo, lo escribo por la incontrolable necesidad que tengo de hacerlo.

Cuando leas lo que lees, quiero que comprendas mi mayor tesoro.

Has sido la principal inspiración de mi existencia.

Eres la mirada de ternura que me transformó con su dulzura.

Una inconciencia carecida de mí tiempo conocido.

La única mujer que he amado.

Nunca he sentido por nadie los profundos sentimientos que mi corazón te tiene.

Has sido la más grande realidad de una vida bien vivida.

El amor que te profeso es más brioso; más indestructible, más intenso que cuando comenzó.

Está más fresco; más nuevo, más lleno de sorpresas y encantos misteriosos.

Me has hecho el hombre más feliz sobre la tierra.

Tu sentido le ha dado sentido a mi sentir.

Quizás pienses que estoy escribiendo palabras bonitas para que te sientas bien.

Nada más equivocado.

Dudo que haya alguien que haya podido recibir más dicha de tu amor que yo;

Dudo que haya alguien que te haya podido dar más dicha del amor que te he dado yo;

Has sido el vivir de mí vivir;

Mi más certero instante de conciencia; el recuerdo más hermoso que avizoro.

En la profundidad de los quereres que por ti tengo, es donde se encuentra la mayor deducción de mi intelecto.

Para la vida tan vivida que viví; el poder amarte ha sido un privilegio que no merecí.

He estado junto a tu dolor y tú alegría.

A veces me he ido; pero he vuelto corriendo hacia ti, porque siempre me has dicho las palabras correctas en el momento apropiado.

Es tú mirada la que me ha dicho que debo seguir;

Es tú voz la que me ha rescatado de los oscuros rincones de la duda,

Es tu risa la que me ha embebido con la prisa de vivir.

Has sido la roca donde me aferraba cuando me arrasaba la tristeza.

Eres la guardiana de mis hipotecas archivadas de momentos tristes.

La dosis necesaria de cordura que controla mi locura.

Eres mi sonido sin ruido; unos besos que jamás terminan.

Tu cariño es un murmullo misterioso que confluye para romper silencios.

En tu bondad se terminan mis rencores con la voz callada de un eco sosegado.

Eres un principio sin final; una mitad de cualquier parte, el retorno presuroso de un llegado.

Tus decires tienen el sonido quedo del sosiego de unas flores que enamoran.

Eres una historia de tiempos sin edades; una brisa con su prisa que se urge por vivir.

Tu amarme es una melodía taciturna que se llena de oquedades pardas con sus vientos misteriosos.

Tus arrebatos nos funden en un tiempo de un sin tiempo de silencio y magia;

Con tu fuerza me emanas los suspiros que respira mi respiro para respirar.

Te he querido desde que tuve conciencia de tu percibir.

Eres la más amada de mi historia.

Si partieras, moriría viviendo porque viviría muriendo sin ti.

No soportaría el escuchar un cada te quiero que no te escuche decir.

Mi edad tiene el tiempo y la mañana prisas.

Todo transcurre en el momento; es ahora o nunca.

Lo que tiene que suceder; sucederá.

Todo está contemplado en la velocidad del vivir…

En un atardecer cualquiera y de tarde en tarde, contemplaremos al mar;

Mirando el horizonte descubriremos el sendero para continuar más allá de la eternidad.  

De lo que no es mi propia sangre; eres lo que más he amado entre los vivos…

 

Artículos relacionados

Yo me espío… Tú me espías… Todos nos espíamos

Como que de repente se ha descubierto el espionaje… Maravilla de maravillas! Esto de pensar que la ciudadanía es protegida, y que la vida privada pertenece a cada quien, está resultando una mentira. ¿O una farsa en donde unos y otros pretenden haber sido sorprendidos? Ridiculeces… ¿Cuándo no ha espiado quien dice que lo espían?

En las familias siempre hay algún chismoso que toma la delantera de los demás. Está al tanto de lo mínimo que ocurre día por día. Claro que también noche tras noche. ¿Cómo sabe los sucesos, y con tanto pormenor? Simple. Muy simple. Es que tiene sus amigos informantes. Sin costo. Pues todos integran, voluntariamente, la gran masa social de la chismofilia. Y claro, lo que pasa en la familia repercute en el barrio y lo que repercute en el barrio, pasa en la comunidad… El tendero de la esquina, el vendedor del kiosco, el guardián de la casa de enfrente, el taxista y el peluquero igual que la modista, tratan de mantenerse al día de las ocurrencias sociales, colectivas e individuales, y vivir la sensación increíble del placer de hablar del prójimo. Por su puesto en bien, ya que explicar todas las fechorías conocidas es para que la gente aprenda y mejore… ¿O no?

1 comentario

  1. Felicitaciones Miguel, que refrescante leerte, saber que existen lugares creados por nuestra mente que nos dan paz, tranquilidad y alegría.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×