29 marzo, 2024

Petróleo

El descubrimiento de los yacimientos de petróleo en el nororiente ecuatoriano, en los años sesenta, fue una suerte inesperada para el país, que lamentablemente no fue del todo bien aprovechada para los ecuatorianos.

Fue una bendición que permitió el rápido crecimiento económico del país, el inicio de la industrialización y la generación de una clase media inexistente hasta antes de ese tiempo. Sin embargo, una súbita riqueza, una maldición que corrompió el alma de muchos ecuatorianos y nos expuso a terribles males, como el lavado de activos, sobornos y tráfico de drogas, que se ha agravado en las últimas dos décadas.

En esta primera parte del siglo XXI, el Ecuador recibió cuantiosos recursos, como nunca antes; sin embargo, solo sirvieron para endeudarnos irresponsablemente y beneficiar a muy pocos, la mayoría, funcionarios y titulares de los últimos gobiernos, los más corruptos de la historia republicana de este país.

El mundo ya no tiene la misma avidez por explotar hidrocarburíferos; el precio y la demanda  ya no lo justifican. La demanda mundial se ha desacelerado, hoy es apenas 90 MMBD y su precio no excede de $55-60 por barril. Con esta situación y el auge de nuevas alternativas de energía, electricidad o gas natural, los inversionistas no se animan a nuevos proyectos, menos en países como el nuestro, considerado de alto riesgo en todo sentido.

Las reservas mundiales existentes son suficientes para abastecer la demanda actual hasta por 150 años, y si consideramos que la demanda está decayendo gradualmente, este horizonte  puede ser mayor. El Ecuador debe reestructurar su operación petrolera para explotar sus recursos, el modelo actual es anacrónico y envuelto en dudas y sospechas, por los altos niveles de corrupción en los que ha operado la industria las últimas décadas.

El objetivo debiera ser mantener los niveles de explotación, por sobre 500 mil BPD, volviendo más eficiente los procesos actuales de producción.  Respecto las refinerías de Esmeraldas y Santa Elena, estas  deberían privatizarse. Con mayor razón la comercialización de combustibles. Si se mantienen ciertos subsidios, deberían focalizarse con quienes realmente lo merecen.

El Presidente ha propuesto instalar una mega terminal de crudos y derivados en la Península de Santa Elena, que conjuntamente con explotar el gas del Golfo, aprovecharíamos todo el potencial de esa zona. Adicionalmente, es necesario un importante astillero de suficiente calado, para reparar y construir barcos pesqueros, para recuperar chatarra de viejas embarcaciones, que servirían para ahorrar cuantiosas cantidades de divisas. Todos estos proyectos ejecutados coordinadamente, pueden convertir esa zona, en un importante polo de desarrollo del Ecuador y de toda la región del Pacífico Sur.

Ecuador debe buscar depender menos de recursos provenientes del petróleo, y necesariamente encontrar y fundamentar su desenvolvimiento económico en otros sectores, que le produzcan suficientes divisas, empleo y crecimiento económico. Debe privilegiar la expansión de las actividades privadas, depender menos de inversiones estatales y del sector público, que han probado ser ineficientes y los mayores focos de corrupción.

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1 comentario

  1. Mis más sinceras felicitaciones a DESDE MI TRINCHERA por contar con un prestigioso conocedor del mundo petrolero, hombre revestido de alta estatura moral y amor a nuestro país.

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