25 abril, 2024

¡No nos dividamos!

¡Podemos pensar diferente, pero no podemos destruirnos entre nosotros! No hay nada más asqueroso que la venganza y el reclamo hiriente, que destruye por dentro.

Hay un enemigo común que es el verdadero destructor, el que busca y buscará siempre, destruirnos por dentro, el que sembrará semillas de odio, aprovechando cualquier falla de uno de nosotros. ¿Queremos darle gusto? ¿Queremos darle un triunfo fácil? ¿Queremos destruirnos, para darle gusto al infeliz? ¿Somos tan imbéciles como para dividirnos?

¡Por Dios! ¡Sindéresis! Si hubo un error en uno de nosotros, recordemos que la unión hace la fuerza, aprendamos a perdonarnos entre nosotros. ¡No analicemos si yo tengo la razón, o la tienes tú! ¡Estamos unidos y nuestras discrepancias, no pueden ser causa de desunión! Más bien, deben unirnos, a menos que pertenezcamos al grupo de fanáticos irreflexivos, que se dejan llevar por el odio y la venganza, y gozan destruyéndose entre ellos.

Si queremos darle paso a nuestra ira, y vaciar el veneno que llevo dentro, sobre mi propio grupo, estoy destruyendo la unión que he creado, para defenderme del mal mayor que me amenazaba. Por eso hice la unión, para tener más fuerza, y vencer al enemigo común, a la ratería, a lo maligno, a la destrucción. Ahora sucede que, por el error de uno de nosotros, ¿le vamos a dar gusto al enemigo, dividiéndonos, sólo porque yo tengo la razón y no la tienes tu?

Esa es una estúpida reflexión, solamente posible en una persona cargada de odio, que quiere satisfacer inmediatamente su odio interno, y no reflexiona, ni mira más allá de sus narices. En esa forma, jamás lograremos algo. Siempre saldremos vencidos, pero no porque no tengamos la razón, sino porque somos tan imbéciles que no sabemos reflexionar. ESTE NO ES EL MOMENTO DE VER LOS ERRORES DE MI AMIGO, SINO DE BUSCAR UNIRME A MI AMIGO, PARA VENCER A NUESTRO ENEMIGO.

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En este momento histórico nos encontramos con un país enfermamente dividido, según lo muestran los resultados de las elecciones últimas. No solo por regiones, sino dividido dentro de cada provincia, dentro de cada ciudad y en ciertos casos dentro de cada familia.

Y es que no puede ser de otra forma cuando un gobierno empieza a atacar los frentes por todos los lados. Como un gran y audaz pulpo mete mano en todo y confunde a la gente. Mete mano donde debería y donde no debería; haciendo más daño que bien en ciertos sectores.

Esta confusión divide a los pueblos. Y las divisiones hacen el progreso mucho más lento o lo estancan. En este momento la oposición es todos los políticos que no son del gobierno. Es decir el gobierno contra el resto del país. Eso no es sano.

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