29 marzo, 2024

¿Somos iguales o diferentes?

Cada ser humano, es único e irrepetible. No existen dos personas iguales (quizás algunos gemelos univitelinos), pues cada uno tiene, como dice Khalil Gibran, sus propios pensamientos y además sus propios gustos y preferencias, aversiones, reacciones, alergias, etc.

Si usted lee los efectos secundarios de los medicamentos que tomamos, encontramos en la lista, en orden seguido, diarrea y estreñimiento, es decir, dos efectos contrarios en el organismo.

Esto indica que la forma de reaccionar de cada persona puede ser lo contrario de lo que ocurre con otro paciente o que el pensamiento individual, la mente de cada uno, es la que nos hace pensar que tal sustancia me puede hacer tal o cual efecto, si lo tomo o recibo.

¿Cuál es la verdad? Yo pienso que es el poder mental el que influye porque, si se piensa en eso, con mente positiva, se puede, en muchos casos, dominar el problema. Hay algunas personas que han podido curarse de cáncer, con sólo la mente.

Cuántas de las enfermedades nuevas que se diagnostican actualmente, no son enfermedades reales, si no reacciones mentales, que llevan a la persona a sentir esos síntomas (no todas, algunas si son reales), que pueden, a veces, ser tan notorios, que inutilizan a la persona y pueden convertirla en un inútil.

Los Médicos que tratan estas enfermedades, hacen en verdad, un tratamiento psicológico. A muchas personas les funciona un medicamento, a otras le agravan los síntomas.

El poder de la mente es tan fuerte que puede ayudar, o agravar a cualquiera, dependiendo de su convencimiento. Es cierto que en muchos casos la enfermedad per se, vence y mata a la persona, pero también es verdad que hay ocasiones en las que la persona que no desea continuar viva, se abandona y en verdad termina muriendo.

Una manera muy sutil de aplicar la pena de muerte consistía en vendar los ojos al que se va a ejecutar, fingir que se le corta las muñecas para que se desangre y regar continuamente con un líquido de temperatura y consistencia similar a la sangre y poner el ruido como que si la sangre estuviera fluyendo. Sólo con eso se puede matar a una persona susceptible.

Dependiendo de la persona, de su susceptibilidad y de su mente, las respuestas pueden ser completamente diferentes.

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