29 marzo, 2024

“Aprendiendo a vivir”

En el mes de marzo del 2020 el mundo vivió una conmoción a la que se llamó pandemia por Coronavirus o Covid 19. Ecuador no quedó afuera, instaurándose aquí la “cuarentena” para sanos y enfermos, con el fin de prevenir contagios y disminuir la mortalidad, que al inicio fue alta, por el impacto de la “nueva enfermedad” (que en realidad no es nueva), que estaba arrasando con la especie humana.

En medio del dolor, la impotencia, la angustia a veces y el estrés por la incertidumbre, la tecnología aportó un grano de arena a la esperanza. Pese al encierro obligatorio muchas personas, en el Ecuador y en el mundo, pudimos continuar con nuestra vida con las actividades “on line”. Entre esas actividades, de manera increíble y positiva, algunos nuevos autores aprovecharon la época del confinamiento y distanciamiento para cumplir su sueño de escribir y publicar sus obras. Tuve así el gusto de conocer “gente nueva” a través de las redes sociales, quienes me contactaron por una pequeña editorial que tengo, editorial El Búho. Un emprendimiento que nació por la necesidad de agilizar las publicaciones de los libros que, a lo mucho, llegaban a estar en la lista de espera de reconocidas editoriales, y para contribuir justamente con los nuevos autores, para que cumplan con el objetivo de publicar sus obras.

Como médico que soy, además de escritora, dediqué gran parte de mi tiempo a ayudar en el centro de imágenes de mi esposo y de mi hijo, GAV (Centro de Imágenes “Dr. Germán Abad Valenzuela”); que se pasaron haciendo las tomografías de tórax en la cuarentena. Por seguridad, despacharon al personal para su casa, quedándose solo tres en el trabajo, dos médicos y un tecnólogo. Así que a mí me tocó volverme “call center” desde la casa, para dar las citas a los desesperados pacientes, que no paraban de llamar.

En medio de todo esto y mientras a mis días les faltaban horas, aparecieron los nuevos escritores y sus obras. De manera especial citaré a Lorena Cucalón, una sicóloga guayaquileña, que vive desde hace 20 años en Miami. Ella, a través de Instagram, me contactó para revisar la posibilidad de publicar su obra: “Aprendiendo a vivir”; ese título me gustó, era lo que casi toda la humanidad estaba tratando de hacer en esos momentos, yo también como todos. Iniciamos el proceso y lo terminamos, la obra está lista, digital e impresa. Yo valoro a esta obra como un paso importante, un camino a seguir; nos muestra que a pesar del horror del momento se pueden hacer cosas positivas y cumplir metas de crecimiento personal que generan un impacto de bienestar individual, familiar y social.

En un momento en que para muchos iniciar algo nuevo podría ser visto como un riesgo innecesario, tanto Lorena como yo tuvimos el acierto de no temer a equivocarnos con la realización del libro, siendo ese el primer escalón por el que deben subir las personas productivas

Lorena menciona en su libro, algunos puntos importantes: el perdón, la gratitud, el valor, el optimismo, el dominio propio, la sabiduría, no juzgar, la oración y la redefinición de la felicidad.

Todos estos temas tan necesarios antes y ahora mucho más, cuando todos en el mundo debimos, de una u otra manera, hacer uso de estos valores para poder continuar, para despertar a un día más, pese al dolor de la pérdida. Redefinir la felicidad, ahora más que nunca, es una tarea común. Cuando nos dimos cuenta de algo tan cierto como lo que es pasar en un instante la frágil línea que separa la vida de la muerte.

De todos esto se trata “Aprendiendo a vivir”, sobre todo se trata de disciplina, valor al que hemos tenido que echarle mano, queriendo o no, ya que sin estar organizados no llegamos a ninguna parte; el respeto por la integridad del otro enmarcado en el “distanciamiento social”, forma parte de esa disciplina, de esa organización.

“Aprender a vivir en bienestar es una disciplina posible de alcanzar” dice la autora del libro. Una ecuatoriana que partió de Guayaquil a Miami en busca de mejores días, y ahora, con base en su experiencia profesional, regresa para entregar su obra, testimonial por excelencia, y que servirá como guía para muchas personas que deseen alcanzar la anhelada felicidad de una manera real, práctica y sencilla; desde el yo espiritual, con el hábito de una oración continua, compartiendo la dicha de vivir hacia los demás.

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2 comentarios

  1. Todos los dramas que se dieron y se estan dando en la pandemia nos hacen reflexionar en la escencia del ser humano su voluntad de reinventarse y a pesar de las dolorisimas pruebas que estamos pasando la Fe tiene que salir fortalecida porque con Dios todo es posible

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