No quiero dar la impresión de ser trágico en mis relatos, ni mucho menos pecar de pesimista, como para comentarles que cierta vez mientras conversábamos de política con un buen amigo Israelita, y analizábamos la situación por la que se estaba desarrollando el país en aquellos días; y, como frecuentemente yo mantengo el optimismo por situaciones de esta naturaleza, y además creo fervientemente en la esencia pura de la gente buena de nuestra patria, le comenté: “Oye Michael, me da la impresión de que el país esta empezando a avanzar por buenos rumbos”…