El domingo 20 de mayo, se realizaron las tan controvertidas y discutidas elecciones en Venezuela. Creo que deben destacarse los resultados y ser analizados de acuerdo a la democracia y a las circunstancias.
De acuerdo a los resultados obtenidos, el actual Presidente Maduro fue reelecto con 5,823.728 votos, contra 1, 820.552 votos de Henry Falcón, 925.042 de Javier Bertucci y 34.614 de Reinaldo Quijada. Tanto Falcón como Bertucci reclamaron por fraude, los resultados.
Ambos reclamaron por los puntos rojos de proselitismo político, colocados a menos de 200 metros de los recintos electorales, utilizados por el chavismo para atraer a votantes que presuntamente serían recompensados por sus votos a favor del régimen. Falcón destacó además la forma y exageración del voto asistido, que conspira contra el derecho y el secreto del voto. La oposición que no presentó candidatos, por considerar la elección viciada e ilegal, destacó que el Presidente había ofrecido bonos y sorpresas, recomendaba que lleven el carné de la patria, que es otra forma de coaccionar, es decir, un delito electoral y delito de peculado de uso. Además, se extendió la hora de cierre de los centros de votación.
De un total de 8,603.936 votos, Maduro consiguió la mayoría, es decir, 5,823.728 votos, es decir que logró casi el 68% de los votos (poniendo a un lado, todas las irregularidades que nulifican la elección). ¿Fue el ganador de la contienda electoral? Si consideramos que el número total de votantes, era de 20,482.113, pese a que sólo se aceptó la posibilidad de voto de 107.284 de los venezolanos que están en el exterior, cuando se sabe que más de 1,500.000 venezolanos están fuera del país, la votación de Maduro, sería de apenas el 28%. El ausentismo logró 11,878.177 votos es decir, el 58%
Creo que no debería ser considerada válida una votación cuando la cifra de votantes no llegue a un 60% del padrón, o cuando menos a un 50%, ya que está indicando que la mayor parte de la población no está de acuerdo con la elección.
