16 abril, 2024

Olmedo y Rocafuerte, insignes federalistas y próceres de la independencia (Parte 2)

El libertador prevenía al general Flores, diciéndole:

«Advertiré a Ud. que Rocafuerte ha debido partir a ese país y que este hombre lleva las ideas mas siniestras contra usted y contra mis amigos. Es capaz de todo y tiene los medios para ello. Es tan ideático, que habiendo sido el mejor amigo mío en nuestra tierna juventud y habiéndome admirado hasta que entré en Guayaquil, se ha hecho furioso enemigo mío por los mismos delitos que usted ha cometido: Haberle hecho la guerra a Lamar y no ser de Guayaquil, con las demás añadiduras de opiniones y otras cosas. Es el Federalista más rabioso que se conoce en el mundo, anti-militar encarnizado y algo mato. Si ese caballero pone los pies en Guayaquil, tendrá Ud. mucho que sufrir y lo demás Dios lo sabe. Vendrá Lamar, Olmedo lo idolatra y lo ama más que a él…»

Esta declaración de Bolivar, hecha el 9 de Noviembre de 1830 (un mes y unos días antes de morir) constituye un estupendo boceto de la personalidad de Rocafuerte y nos muestra al vivo la identidad de criterios con Olmedo y la divergencia absoluta con Bolívar respecto a la constitución de los Estados.

Como hemos dicho, el libertador podía alegar derechos de emancipación sobre Venezuela, Colombia y en parte también sobre Perú, pero jamás sobre Guayaquil. Bolivar había establecido como norma práctica el «utipossidetis» del derecho Romano, que resultaba utópica por ir en contra de las realidad de la geografía y la historia. Si desde el comienzo no hubiera «arado en el mar» y hubiera aceptado la república federal para su Gran Estado de Colombia, seguramente habría tenido más posibilidades de éxito.

La República Federal constituía la meta ideal para Olmedo y Rocafuerte. Ambos fueron antimilitaristas por principio. Bolivar usó la fuerza para su ocupación de Guayaquil en Julio de 1822, tratando de excluir con ella un derecho anterior de la provincia de Guayaquil: «la libre determinación de los pueblos». Olmedo tuvo frente al libertador la evolución sicológica necesaria. Rocafuerte y Lamar, cada cual a su manera fueron enemigos de Bolívar casi siempre.

El triunfo de Pichincha (1824), a pesar del indiscutible y generoso aporte guayaquileño, sólo sirvió para que todos los planes Olmedistas se vinieran al suelo. «La Republiquita» quedó convertida en el departamento Sur de Colombia. En 1830, le tocó independizarse al Departamento del Sur, aún cuando fuese aparente a medias. Entre los 21 diputados reunidos en la Asamblea Nacional, en Riobamba, se encontraba Olmedo, a quien le era muy grato la organización del nuevo estado. Los tres departamentos de Quito, Guayaquil y Cuenca habían enviado, cada uno, siete representantes.

En la sesión del 11 de Septiembre, se eligió Presidente de la República, por el periodo de cuatro años al General Flores y primer Vice-Presidente, a Olmedo, quien renunció tal dignidad, poco después, pues no deseaba estar lejos de su tierra natal, donde desempeñó el cargo de Prefecto del Guayas. Después asistió en calidad de Ministro Plenipotenciario del Ecuador, a una reunión habida en Colombia para fijar límites fronterizos, e intervino en la anexión del Archipiélago de Galápagos a nuestro país

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